Baozi {Panes rellenos chinos - Bake the World}

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baozi

Hace unos meses, nuestra querida Juana, de La cocina de Babel, nos invitó a formar parte de un concurso elaborando una receta propia de cocina callejera. Ella nos iba abriendo el gusanillo publicando diferentes propuestas entre las cuales estaban los baozi y que ella explica tan bien, y retrata tan bien en esta entrada. Para mi fue verlos y despertar en mi unas ganas terribles de hacerlos. Y mira tú por donde que cuando Clara nos manda un correo con su propuesta del reto Bake the world para el mes de noviembre, el pan que nos sugería elaborar eran unos baozi.

Estos baozi, o interpretados al español como panes rellenos chinos que se cuecen al vapor, por increíble que os parezca, es el desayuno más típico de todo chino andante. Y digo que increíble porque su relleno está elaborado a base de ingredientes salados en su mayoría. Según se cuenta, fue ofrecido por un general chino a los dioses como petición para que sus hombres sanaran de una peste que les azotó, allá por el siglo III.

La variedad de rellenos de estos panes es infinita. Ya sabéis la magnitud en extensión de un país como China, así que no sé si os podéis hacer a la idea fácilmente. Los podemos encontrar rellenos de carne, de carne y verduras, solo de verduras, dulces ..., y como la oferta de ingredientes es tan amplia, no hay una receta estricta sobre los ingredientes de ese relleno, de tal manera que hay baozi que en su interior guardan sopa. Curioso, ¿no os parece?

A nosotros nos ha encantado poder llevarnos a la boca unos panes tan ricos. Hay panes infinitamente mejores, no hay duda. Pero lo más emblemático de estos panes es la técnica de cocción. El cocerlos al vapor hace que el resultado sea una masa algo gomosa, aunque esponjosa. Y en el caso de mis panes, contrasta claramente el dulzor de la masa con el toque salado de su relleno. ¡Una cena informal más que resuelta!

Os explico cómo los hecho.

Baozi_2



Ingredientes (Para 8 baozi)

Para la masa
  • 500 gr de harina de trigo de todo uso
  • 75 gr de azúcar blanquilla
  • 1 pastilla de levadura fresca de panadero
  • 3 cdas de aceite de sésamo
  • 200 ml de agua
Para el relleno
  • 1 zanahoria de tamaño mediano
  • 115 gr de shiitake
  • 150 gr de carne picada de cerdo
  • 2 cm de jenjibre pelado y rallado
  • 3 cdas de salsa de soja
  • 2 cdas de aceite de sésamo
Baozi_collage_

Elaboración

De la masa
  1. En un recipiente ponemos la harina, el azúcar y mezclamos. Diluímos la levadura en el agua templada, añadimos el aceite, y estos a la harina. Amasamos hasta conseguir una masa suave y lisa y no pegajosa. No es una masa que requiera trabajo. Se amasa muy fácilmente. Formamos una bola que mantenemos en el recipiente y guardamos en una bolsa de plástico. Dejamos reposar en un lugar alejado de corrientes, como por ejemplo el microondas, hasta que doble su volumen, una hora aproximadamente.
  2. Empezamos a preparar el relleno. Empezamos por la verdura más dura: la zanahoria. La pelamos y picamos en brunoise muy pequeñito y la pochamos en una sartén con una cucharada de aceite de sésamo durante unos cinco minutos a fuego muy suave. 
  3. Limpiamos las setas con un paño o papel de cocina humedecido y las picamos muy finamente. Las incorporamos a la sartén y dejamos hacer despacito hasta que hayan reducido su volumen a la mitad. Salamos con precaución, pues uno de los ingredientes es la salsa de soja, que ya sabéis que es sobradamente salada.
  4. En un plato hondo ponemos la carne picada cruda, añadimos las verduras pochadas, la salsa de soja, el aceite de sésamo y el jenjibre. Mezclamos bien, dividimos la masa del relleno en ocho porciones y tapamos con film transparente. Reservamos.
  5. Una vez que el pan haya levado lo amasamos para desgasificarlo sobre una superficie ligeramente enharinada y le damos forma de cilindro de unos cinco centímetros de diámetro. Lo cortamos por la mitad y cada una de estas mitades la dividimos en cuatro porciones de similar tamaño. Boleamos cada porción durante unos segundos y tapamos con un paño.
  6. Para el formado de los panecillos: cogemos una de las bolitas (imagen 1) y la estiramos con un rodillo desde el centro hacia el exterior procurando que en el centro quede una parte de masa más abultada (imagen 2). Estiramos hasta darle un grosor a los extremos de dos milímetros aproximadamente. Le damos la vuelta y en el centro ponemos una de las porciones del relleno. Ahora vamos a cerrar los panes y para facilitarnos la labor, con la mano izquierda en forma cóncava sujetaremos el pan y con la mano derecha vamos formando pliegues similares a las tablillas de las faldas de los uniformes del colegio (imágenes 3 y 4). Una vez que hemos plegado todo el pan, quedará un agujerito en el medio, con los dedos de la mano derecha, a modo de pinza, retorcemos ligeramente esos bordes y ya tenemos listo el pan (imagen 5). Reservamos sobre papel vegetal. Y procedemos de la misma manera con el resto de los panes.
  7. Para cocinarlos, lo haremos al vapor. Yo lo hice con la thermomix 31 en dos tandas. Ponemos a calentar un litro de agua en el vaso, programamos 10 minutos en temperatura varoma, velocidad 1. Mientras protegemos las bandejas de la varoma con papel vegetal y distribuímos los panes, dejando separación entre ellos porque crecen hasta adquirir un diámetro de unos 10 centímetros cada uno. Una vez calentada el agua, situamos el varoma en su posición y cocemos durante 20 minutos, temperatura varoma, velocidad 1. Si no tienes thermomix, hazlo utilizando una olla convencional con agua y coloca los panes en una rejilla protegida igualmente con papel vegetal. En China se cuecen en unos recipientes de bambú.
  8. Se pueden tomar acompañados de una salsa de soja que aromaticé con wasabi, aunque este es japonés ;)

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Bollitos rellenos y Castañas al chocolate {Dia de publicación reto Tía Alia de noviembre}

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Castañas_collage

La entrada de hoy es muy especial.

Para entenderlo basta con leer la entrada en la que Carmen publicaba las propuestas del reto Tía Alia para el mes de noviembre y poder haceros una idea de sobre qué va el tema.

El preámbulo a esta propuesta se dibujó un día de septiembre entre zarzales cuando me surgió la curiosidad por saber cómo gestionaba Carmen la elección de las recetas que forman parte de cada uno de sus retos mensuales. Aquello le alumbró de tal manera, que un día me invitó a ser yo quien eligiera qué dos recetas serían las propuestas para el mes de noviembre. En cuanto tuve su tesorito en mis manos, el recetario de la Tía Alia, no perdí tiempo para ponerme a hacer los deberes. ¡Y menudos deberes! ¡Ojalá todos los que tuviera que hacer fueran tan entretenidos, divertidos, instructivos y gratificantes! 

Una vez elegidas las dos recetas para el mes de noviembre, como buena anfitriona, mi sensatez me dijo que lo más lógico sería hacer las dos y mostrároslas. Y digo "anfitriona" porque el siguiente testigo que me invitó a coger Carmen fue el de gestionar la publicación del reto de noviembre con todas las recetas participantes desde mi blog. ¡Esto ya se convirtió en el sumum!

Como podréis ver más abajo, en el listado de participaciones, por desbancada ha arrasado la receta dulce. ¡Y yo que pensaba que eso de pelar castañas iba a a echar a muchos de los participantes atrás! Y ya veo que no; que ha tenido mucho tirón. Pero los bollitos rellenos no tienen desperdicio, os lo aseguro. Así que os animo a hacerlos a aquellos quienes no los han hecho.

Y ahora os cuento cómo he hecho las recetas propuestas para noviembre. ¿Preparados?


BOLLITOS RELLENOS


El motivo por el que elegí estos bollitos rellenos es porque me no me parecieron nada complicados y a la vez muy versátiles por la variedad de farsas que podríamos elegir para rellenarlos. Lo que es cierto es que calorías no le faltan. Si decides hacerlos para tomar por unidades para una cena, llenan. Pero también los puedes hacer para un picoteo presentándolos cortados en cuartos, contando con diferentes rellenos y así no te faltará variedad. En mi caso aproveché que hice cocido madrileño para emplear parte de la carne y del caldo para su elaboración.

Bollitos rellenos_collage


Ingredientes
  • Panecillos tipo brioche
  • Caldo de cocido (no más de medio litro)
  • Carne de cocido muy picadita
  • Leche
  • 2 cdas de harina de trigo
  • Sal
  • Pimienta molida
  • Nuez moscada
  • 2 huevos
  • Harina para rebozar
  • Aceite de oliva
Elaboración
  1. El día de antes preparamos la farsa, que es la misma que para hacer unas croquetas de cocido. Picamos la carne del cocido muy finamente. Ponemos a calentar un par de cucharadas de aceite en la sartén, añadimos la carne y la mareamos en la sartén para deshacerla. Añadimos las dos cucharadas de harina, removemos, dejamos tostar, y a continuación vertemos leche, la suficiente que cubra la carne, y removemos y removemos. Sazonamos al gusto y bajamos el fuego casi al mínimo (en potencia 3 de 9 en mi vitro). Dejamos cocer despacito, removiendo con frecuencia. La masa estará lista cuando haya espesado y se separe fácilmente de las paredes de la sartén. Retiramos del fuego y dejamos templar. Es preferible no refrigerar la masa para que al untarla en los panecillos nos resulte más fácil.
  2. Abrimos los panecillos como que fueran un libro. Quitamos un poquito de la miga de la concha superior, rellenamos ese hueco con masa de las croquetas y también sobre la concha inferior. Procedemos de la misma manera con todos los demás.
  3. Ponemos un colador grande y bajo este, un recipiente hondo para que recoja el excedente de caldo a medida que bañamos los panecillos a base de cucharadas. No sumerjáis los panecillos en el caldo. Enharinamos los panecillos, los pasamos por los huevos batidos y a continuación los freímos en un cazo pequeño con aceite caliente. Retiramos a una fuente amplia protegida con pepel absorbente. 

CASTAÑAS AL CHOCOLATE

El por qué elegí esta receta de castañas es bastante obvio tratándose de un reto del mes de otoño, ¿no creéis? Rico, muy rico. Las castañas y el chocolate, junto con el suave toque a Bailey's hacen una conjunción muy bien avenida. Pero que muy buena.

Castañas al chocolate_collage

Ingredientes (Para 4 vasitos)
  • 350 gramos de castañas ya peladas y alguna más para decorar
  • Agua
  • 175 ml de leche
  • 50 gramos de chocolate postres Valor
  • 4 cdas de azúcar blanquilla
  • Unos bizcochos de soletilla
  • Bailey's
  • 50 gramos de chocolate postres Valor + 1 cda de nata líquida para hacer un ganaché
Elaboración
  1. Empezamos preparando las castañas para pelarlas más fácilmente. Primero las lavamos y las secamos bien. Les damos un pequeño corte porque vamos a cocinarlas en el micro y no queremos que exploten dentro. Colocamos entre diez y doce castañas en un plato, sin apelotonarlas, y las cocinamos durante 35 segundos. Aún en caliente, pero sin quemar (os vendrán bien unos guantes de cirujano) las pelamos valiéndonos de la punta de un cuchillo. Veréis que se pelan muy bien, y mejor en caliente o templado que en frío. Si queremos utilizar alguna para decorar, y las queremos enteras, el corte debemos dárselo justo en la base de la castaña para que salga entera.
  2. Ponemos las castañas ya peladas en una cazuela y las cubrimos con agua, llevamos a ebullición y las cocemos hasta que estén tiernas, pero sin que lleguen a deshacerse; unos 25 minutos. Colamos y una vez en templado las trituramos. Queda un puré espeso que reservaremos.
  3. En un cazo ponemos la leche, el azúcar y el chocolate a calentar, y removemos para que el chocolate se vaya deshaciendo. Será entonces cuando añadamos el puré de castañas que removeremos hasta su completa incorporación. 
  4. Preparamos los bizcochos de soletilla. En este caso los corté de la misma longitud que las paredes de los vasitos que utilizaría como molde para este postre. Los barnicé de Bailey's y fui rellenando los vasitos poco a poco y a cucharadas. Par evitar que ser formaran burbujas de aire, les daba suaves golpes contra la encimera de la cocina, y seguíamos rellenando hasta completarlos.
  5. Para hacer el ganaché que nos servirá para bañar las castañas enteras que emplearemos para adornar y como salsa para acompañar, ponemos el chocolate y la nata en un recipiente apto para microondas y programamos en tramos de diez segundos para que no se queme. Sacamos el recipiente, removemos, comprobamos el punto del chocolate y hasta puede que removiendo se termine de deshacer con el propio calor residual.
  6. Para servir, desmoldamos los vasitos y decoramos el postre con castañas bañadas en la ganaché de chocolate y un hilito de ganaché.

Espero que hayáis disfrutado con las propuestas de este mes, si no tanto como yo, al menos que hayáis terminado satisfechos de vuestro trabajo.

Y para demostrarlo, vamos a darnos un paseo por todas las recetas participantes, empezando, por supuesto, por la anfitriona mayor del reto, Carmen desde Tía Alia Recetas.

Salado - Bollitos rellenos

Os recuerdo que el lunes 9 de diciembre, Carmen anunciará cuáles son las propuestas para el mes de diciembre y que debido a las fiestas navideñas, la publicación de vuestras recetas tendrá lugar el 20 de enero de 2014.

Y tú, querida Carmen, ven aquí y no te me escapes, que no puedo cerrar esta entrada sin agradecerte el  querer compartir conmigo algo tan preciado por ti como es el recetario de tu tía Alia y que hayas abierto con esta invitación una puerta a futuras propuestas amigas.





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Garbanzos con calamares

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Garbanzos con calamares 

 Cuando llega el frío casi todos dibujamos en nuestra mente una imagen de lo más romántica en la que nos imaginamos a nosotros mismos en un lugar cálido, bien acomodados, tapados con una mantita, con una taza de caldo, café o té calentita, humeante y reconfortante, sostenida entre nuestras manos que agradecen el calor que nos transmite esa taza, y con buena compañía junto a nosotros.  ¿A que sí?

A casi todos nos apetecen platos más contundentes, de cuchara, que den vidilla a nuestros cuerpos entumecidos, y nos preocupamos por preparar platos de legumbre y/o de sopa. Nuestro organismo es muy inteligente y hay que darle lo que nos pide, aunque siempre de forma sensata. Según escuché hace unos días en un programa de radio, el hecho de que sintamos mayor apetencia por este tipo de alimentos en días fríos permite a nuestro organismo administrar esos hidratos de absorción lenta que se transforman en forma de energía cuando los ingerimos. Sin embargo también es verdad que el calorcito nos aletarga, mientras que las temperaturas frías activan nuestra memoria y nuestro estado anímico.

A mi me pasa. ¿Y a vosotros? ¿Sois más de calor o de frío? A mi no es que me apasione el frío, tal y como comentaba whatsappeando entre amigas blogueras hace unos días, pero reconozco que soy más persona ante el frío que ante el calor.

Y para reconstituíros en un día de frío, un rico, energético y sabroso plato único que os animo a cocinar sí o sí también.

Ingredientes (Para 3 personas)
  • 200 gr de garbanzos
  • 400-450 gr de anillas de calamar
  • 1 diente de ajo
  • 1/2 cebolla
  • Una ñora, o 1/2 cdta de pulpa de ñora
  • 1 cda de tomate frito
  • 35 gr de almendras crudas enteras
  • 4 cdas de aceite de oliva
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • Sal
  • Una pizca de canela
  • 2 huesos de jamón
  • 1/2 rama de apio
  • agua
  • perejil picado
Elaboración
  1. En la noche de víspera ponemos los garbanzos en remojo en un recipiente con agua templada que les cubra. Al día siguiente escurrimos el agua y aclaramos los garbanzos. En una olla a presión convencional ponemos suficiente agua que cubra los garbanzos a calentar, junto con los huesos de jamón, la media rama de apio y una pizquita de sal y llevamos a ebullición. Cuando el agua rompa a hervir, vertemos los garbanzos, tapamos la olla y dejamos cocer durante una hora a partir de que la válvula comience a silbar. Transcurrido ese tiempo, dejamos que la olla suelte todo el vapor acumulado, abrimos la olla y escurrimos los garbanzos, reservando el caldo para posteriormente, e incluso para una sopa, si deseamos.
  2. En un recipiente pequeño ponemos agua muy caliente junto con la ñora, para que se ablande y poder extraer su pulpa. Una vez ablandada, con la punta de una navaja raspamos la piel para quedarnos únicamente con la pulpa. Reservamos.
  3. En una cazuela aparte ponemos unas cucharadas de aceite a calentar. Pelamos y picamos el diente de ajo y lo doramos a fuego suave junto con las almendras. Lo sacamos a un mortero y lo machacamos con media cucharada de perejil picado. Reservamos
  4. En el aceite sobrante freímos los calamares hasta dorarlos ligeramente. Picamos en brunoise la media cebolla y la pochamos junto con los calamares.
  5. Añadimos la salsa de tomate, la pulpa de la ñora, una pizquita de canela, el majado del mortero disuelto en vino y sazonamos a nuestro gusto.
  6. Añadimos los garbanzos y parte del caldo que les cubra y dejamos cocer unos quince minutos.

Y recordad: mejor comerlo de un día para otro. Sabores que se asientan y el plato se enriquece.

Fuente: Receta vista en una de tantas revistas Semana.


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Granola casera

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Granola_1 

Una de las costumbres que aún hoy conservo como herencia de mi estancia en Irlanda en mis tiempos como estudiante universitaria es desayunar cereales. No soy muy de repostería en los desayunos, aunque no puedo negar que en alguna ocasión cae un dulcito en lugar de unos cereales o unas tostadas con mermelada y mantequillla, y que me suelo reservar para los días en que puedo sentarme tranquilamente a desayunar sin tener que mirar el reloj para salir pitando al trabajo.

A la vuelta de mis vacaciones a Escocia me traje en la maleta la receta de las Scottish shortbread, y en mi cabeza se vino la idea de elaborar granola en casa. La granola es una mezcla de cereales, mayormente avena, de frutos secos, frutas deshidratadas y algún componente dulce como la miel o similar. En España hay alguna que otra marca que la comercializa, en forma de barritas, pero suelta no es una variante de cereales de gran consumo en nuestro país, y por eso quise llegar a casa y hacerla. Me encanta por su sabor y muy especialmente por su textura, muy crujiente. Nos sirve para tomar con leche, con yogur, con frutas, tanto para desayunar como para merendar. Puede quedar suelta, pero también en pequeños bloques que se acercan mucho a lo que son las barritas de cereales y que por lo tanto nos pueden servir como tal en cualquier situación en la que nos apriete el hambre o necesitemos un aporte de energía extra, porque la cantidad de frutos secos es importante, tanto como su aporte energético.

Tirando de aquí y de allá he elaborado mi propia receta de granola que hoy comparto con vosotros y que espero y deseo que amenice vuestros desayunos o meriendas.

Granola_2

  Ingredientes
  • 300 gramos de copos de avena
  • 50 gramos de pipas de girasol
  • 50 gramos de pipas de calabaza
  • 50 gramos de almendras laminadas
  • 50 gramos de coco rallado
  • 100 gramos de arándanos deshidratados
  • 1/2 cdta de canela en polvo
  • Un pellizco de sal
  • 260 gramos de miel
  • 2 cdas de aceite de girasol
  • 1 cdta de esencia de vainilla
Elaboración
  1. Precalentamos el horno a 160ºC y forramos una bandeja de horno con papel vegetal.
  2. Por un lado mezclamos todos los ingredientes secos y reservamos.
  3. Por otro, en un cazo ponemos los componentes líquidos: la miel, el aceite y la esencia de vainilla y calentamos a fuego suave hasta que la mezcla haya adquirido una textura más líquida.
  4. Mezclamos los ingredientes secos y los líquidos y removemos muy bien con una cuchara de madera.
  5. Extendemos la mezcla sobre el papel vegetal asegurándonos de que queda muy bien extendido y sin huecos libres e introducimos en el horno. Horneamos durante media hora sacando la bandeja cada diez minutos y removiendo los ingredientes para asegurarnos de que se tuesten uniformente.
  6. Finalmente sacamos del horno y dejamos enfriar por completo antes de meterlo en tarros de cierre hermético, donde bien cerrados podemos conservar la granola cerca de un mes.
Notas
  • Es muy importante que los copos de avena no sean de los que llaman "hojuelas" o instantáneos. Podéis adquirir el tipo de copos de avena que necesitáis para esta receta en herbolarios o en la sección de productos de dietética de los supermercados. 
  • Todos los ingredientes secos que he empleado para elaborar la granola (frutos secos y frutas deshidratadas), a excepción de los copos de avena, son opcionales. Siempre podéis añadir o sustituir a vuestro antojo.
  • En lugar de miel podéis utilizar sirope de arce o miel de ágave.
  • Si queréis que la granola os quede en bloques en lugar de suelto, no remováis los ingredientes de la bandeja desde que la introducís hasta que la sacáis.
  • Cuanto más tiempo tengáis la granola en el horno, más crujiente quedará, pero aseguraos de que no se quema ;)

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Tarta de tagliatelle

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Tarta de tagliatelle_1


¡Por fin llegó el 11 de noviembre! Estaba deseando que llegara y no solo porque es el día que Carmen y yo nos citamos en nuestros blogs para sorprendernos, y sorprenderos, con una receta de pasta diferente. Si no porque este día estaba tachado en el calendario para que por fin salieran a la luz los cambios, aunque sutiles, en la imagen de este blog.

¿Y por qué tenía que ser este día, 11, el elegido para hacer públicos estos cambios? Muchos sabéis que el día 11 es un día representativo para nosotras porque las dos nacimos un día 11; y porque la artífice de la cabecera no es otra que la propia Carmen. Ella es una mujer tan creativa e imaginativa, que un día, entre risas y tiras y aflojas, la reté a que diseñara una cabecera para este blog. ¡Y anda que puede contenerse ella cuando es retada! Espíritu de superación no le falta ni una miguita :) Para eso sólo tenía que pensar en cómo me ve ella. Y tal cual lo veis hoy es como ella me ve. El color y las flores dicen mucho sobre mi propia persona. Ella supo cómo interpretar mi forma de ser en dos elementos que a partir de ahora se convertirán en la insignia de mi blog. ¿Qué pensáis vosotros que pueden querer decir? ;)

Ahora pongámonos en modo "pasta" y pasemos a la receta de este mes. Para el mes de noviembre era yo quien tenía la baza de elegir el tipo de pasta que utilizaríamos y la dicha cayó en los tagliatelle. Recuerdo que en una de las entradas de Carmen, según sus investigaciones, había averiguado que las pastas largas no son amigas de muchos ingredientes y que casan a la perfección con salsas, simplemente salsas. Es aquí donde entra en juego el espíritu retador. Que los ingredientes que acompañen a unos tagliatelle queden condensados en una salsa, puede que no diga mucho, ¿verdad?

Pero no hay nada que no salga de la cabeza de una si no la pone en funcionamiento, y hete aquí el resultado de mis maquinaciones: unos tagliatelle, elaborados con una salsa de tomate y verduras, y convertida en tarta con una cobertura a base de huevo y yogur y que satisfizo el estómago de mi hija y mío manteniéndolo bien contento a lo largo del día :)

¿Y qué hice hasta que la fuente llegó a la mesa? Tomad buena nota ...

Tarta de tagliatelle_collage


Ingredientes (Para 2 personas)
  • 120 gramos de tagliatelle
  • 1 zanahoria pequeña 
  • 1/4 de cebolla
  • 10 centímetros del tallo de un apio
  • 200 ml de tomate triturado
  • 2 guindillas
  • Unas hojas de albahaca fresca
  • 1/2 vaso de agua con caldo de la cocción de la pasta
  • 3 salchichas de pollo frescas
  • 1 huevo
  • 75 ml de yogur griego
  • Queso ricotta
  • Aceite de oliva
  • Queso parmesano rallado
  • Agua
  • Sal
  • Pimienta
Elaboración
  1. Empezaremos elaborando unas albondiguillas. Quitamos la piel de las salchichas frescas y hacemos bolitas un poco más grandes que una aceituna. Las freímos en un par de cucharadas de  aceite y las retiramos a un plato a medida que se vayan dorando. Reservamos.
  2. Seguimos con la salsa. Pelamos y picamos en brunoise muy fina la zanahoria y la cebolla. Y hacemos lo propio también con el apio. En una sartén ponemos a calentar una cucharada de aceite de oliva y pochamos las verduras, sazonándolas, a fuego muy suave hasta que estén tiernas. Removemos con frecuencia para que se vayan cocinando uniformemente.
  3. Añadimos la salsa de tomate, unas hojas de albahaca picada y las guindillas despepitadas para evitar que pique en exceso. Sazonamos al gusto y dejamos cocer a fuego medio durante cinco minutos.
  4. Mientras se va cocinando la salsa, ponemos agua a hervir para cocer la pasta. Cuando rompa a hervir añadimos sal y a continuación la pasta, que coceremos siguiendo las instrucciones del fabricante. Antes de escurrirla, tomamos medio vaso del agua de la cocción y la reservamos.
  5. Incorporamos la pasta a la salsa justo nada más terminar la cocción. Removemos y añadimos el agua de la cocción. Dejamos cocer cinco minutos más. 
  6. Precalentamos el horno en modo gratinado a 200ºC. Barnizamos una fuente redonda de 20 centímetros de diámetro con aceite, distribuimos la pasta y sobre esta y alrededor, las albondiguillas.
  7. Batimos el huevo con el yogur, lo salpimentamos y lo repartimos con una cuchara sobre la pasta. Espolvoreamos con el queso rallado al gusto y gratinamos hasta que el queso comienza a dorarse y notemos que la cobertura de huevo está cocinada.
  8. Servimos con unas hojas de albahaca frescas y repartimos pequeños montoncitos de ricotta que luego mezclaremos con la pasta y las albondiguillas.
Notas
  • En una ocasión leí que añadir sal al agua justo en el momento de ponerla a calentar, hacía que esta comenzara a hervir más tarde, de ahí que la añada justo en el momento en que rompe a hervir.
  • El hecho de añadir agua de la cocción de la pasta le da al plato un punto interesante, pues el almidón de la pasta hace que las salsas queden con un punto de espesor interesante.
  • Importante: retirar las guindillas antes de verter la pasta en la fuente y evitar algún que otro encontronazo picantón, je je je.
  • Interesante el punto de cremosidad que le otorga el queso ricotta, así que no lo ignoréis.

Y ahora vamos a ver qué nos trae Carmen este mes. ¡Nos vemos con la pasta el próximo 11 de diciembre!


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Galletas de lima y coco

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galletas de lima y coco_1 

Segunda receta de la semana, y ya es de extrañar si últimamente me seguís el rastro de cerca, porque llevo unas cuantas semanas publicando una vez a la semana; la vida no me da para más. Y lo que es más chocante: que sea también dulce. Pero a nadie le amarga, y estoy segura de que a vosotros tampoco. ¿A que no? :)

Según las estadísticas, de un mes a esta parte, uno de los términos más repetidos por la blogosfera gastronómica es "El Equipo A". Ya se sabe que cuando algo se copia es porque es digno de ello, y a el mítico Equipo A le ha sido usurpado su nombre por un grupo de cuatro guerreras - Beatriz, Carmen, Paula y yo misma -  que decidieron reunirse para dar forma al Madrid 3.0,  un taller de galletas que fue seguido por una cena y por una copa.

En el reparto del botín sobrante de la cena, entre otras cosas, hubo limas, unas cuantas limas, que estaban destinadas a amenizar unos mojitos. Y como de la comida que sobra no se puede tirar nada, y menos estando en condiciones de ser consumido, había que darles algún uso, y así fue como nació el #díadelalima, y que hoy lo celebramos en petit comité el Equipo A de Madrid 3.0.

Y aquí está mi contribución: galletas de lima y coco. Si os gustan los cítricos en la repostería, haced vuestras apuestas por esta receta, sin menospreciar las de mis amigas de equipo y que podréis ver aquí:
¡Os vais a poner las botas!


galletas de lima y coco_2 

Ingredientes
  • 200 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • 140 gramos de azúcar blanquilla
  • 1 yema de huevo
  • 2 cdas de zumo de lima
  • La ralladura de una lima
  • 50 gramos de coco deshidratado + 3 cdas (o lo que necesitéis) para decorar
  • 280 gramos de harina normal
  • Una pizquita de sal
Elaboración
  1. Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que quede una mezcla blanquecina y suave.
  2. Añadimos poco a poco la yema de huevo, las dos cucharadas de zumo de lima y la ralladura y seguimos batiendo hasta incorporarse a la mezcla.
  3. Incorporamos el coco deshidratado, la sal, y a continuación la harina en tres veces, y seguimos con la mezcla hasta incorporarse por completo.
  4. Dividimos la masa en dos partes y disponemos cada una de ellas en el medio de un trozo grande de film transparente. Enrollamos a modo de cilindro girándolo sobre la mesa de trabajo y ayudándonos de los sobrantes laterales de film, como los de los envoltorios de los caramelos, y que enrollaremos y retorceremos para que la masa quede apretada en su interior. Guardamos en la nevera en torno a una hora o hasta que la masa se haya endurecido.
  5. Precalentamos el horno a 190ºC. Preparamos dos bandejas de horno y las forramos con papel vegetal. 
  6. Giramos sobre sí cada uno de los rollos de masa para que queden redonditos, pues es posible que con el reposo la parte que ha estado apoyada se haya aplastado un poco. En un plato amplio ponemos tres cucharadas de coco rallado, desenvolvemos la masa y la rebozamos sobre el coco, dándole palmaditas para que este se adhiera bien. Cortamos cada rulo en lonchas de medio centímetro de grosor y las distribuímos por la bandeja dejando dos centímetros de separación entre cada galleta, porque se expanden.
  7. Horneamos entre 10 y 15 minutos. Para saber si están en su punto, al tocar la superficie con la yema de los dedos, esta se ha hundir un poquito y además los bordes han de estar ligeramente dorados.  Las mías estuvieron 14 minutos. Sacamos la bandeja del horno y dejamos reposar las galletas cinco minutos. A continuación, las dejamos enfriar en una rejilla.

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Macarrones de Bilbao

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Macarrones de Bilbao_1 

Desde el primer día que vi los macarrones de Bilbao en Because, el blog que edita Laura, quise hacerlos. Seguro que no hay día que no os dediquéis a daros un paseíto por la red, que no terminéis con más de una receta anotada para hacer. Luego hay que ponerle fecha y comprar los ingredientes.

En el caso de estos macarrones, el tema se alargó bastante. Vieron la luz en el blog de Laura por el mes de mayo, y entre unas cosas y otras no los hice, y menos aún cuando se echó encima el verano y lo insorportable que se hace en las cocinas madrileñas encender un horno.

Pero la ocasión la pintaron calva cuando hubo que organizar el menú de nuestra cena en el taller 3.0 de galletas decoradas, y por añadido, había que eliminar de nuestro menú toda receta que se elaborara con todo derivado del trigo, del maíz y de la leche de vaca. ¡Los macarrones de Bilbao se estaban asomando  por un agujerito! Y es que la harina con la que se elaboran estos dulces bocaditos es de almendra, con lo cual, ¡perfecta!

Desconozco el por qué del nombre de esta delicia y que nos puede confundir con los archiconocidos y delicados macarons franceses. Yo creo que son la versión rústica de la familia porque no en vano, los ingredientes que se emplean son los mismos: azúcar glasé, almendra molida y clara de huevo, ...y alguno más. Y serán la versión rústica en elaboración y presencia, porque en el paladar resultan de lo más fino. 

Son una delicia, perfecta para acompañar el café de una sobremesa y super mega archi fáciles de hacer. ¿Necesitáis más adjetivos? :)

Macarrones de Bilbao_2 

Ingredientes (Para entre 12 y 15 unidades)
  • 125 gramos de azúcar glasé
  • 125 gramos de almendra molida
  • 1 clara de huevo de tamaño "L"
  • 1/2 cdta de canela en polvo
  • 1 cdta de zumo de limón
  • Azúcar blanquilla para rebozar
Elaboración
  1. En un recipiente pequeño mezclamos el azúcar, la almendra y la canela en polvo.
  2. Añadimos el zumo de limón y una parte de la clara de huevo y mezclamos. Empezamos ayudándonos de una cuchara de madera y una vez que los ingredientes están mezclados, podemos seguir con las manos y nos resultará más cómodo. Añadimos el resto de la clara de huevo si fuera necesario y vemos que la masa queda demasiado pegajosa. La masa ha de resultar pegajosa, sí, pero fácil de trabajar. Tapamos con film transparente y dejamos reposar media hora (opcional).
  3. Precalentamos el horno a 190º y preparamos una bandeja de horno protegiéndola con papel vegetal.
  4. En un recipiente pequeño ponemos dos cucharadas de azúcar. Cogemos pequeñas porciones de la masa, como del tamaño de una nuez española, le damos forma de bola y la rebozamos en el azúcar. La apoyamos en la palma de la mano y con las yemas de los dedos la aplastamos ligeramente y dejándola con un grosor de un centímetro. Disponemos las pastas en la bandeja de horno. No es necesario dejar mucho espacio de separación porque no se expanden al hornearlas. Las horneamos entre 8 y 10 minutos a media altura, con calor superior e inferior.
  5. Para conseguir una textura perfecta: un poquito duritas por fuera y como sin terminar de hacer en su interior, podemos tocar la superficie del macarrón con las yemas de los dedos y debemos notar que se hunden. Sacamos del horno, dejamos reposar en la bandeja un par de minutos, y a continuación las retiramos a una rejilla para que terminen de enfriarse.
Agradezco a Laura sus buenos consejos para lograr unos macarrones de su tierra dignos de ser comidos. ¡Muchas gracias, Laura! Y os aconsejo que visitéis su blog en cuanto podáis. Yo la conocí a raíz del concurso que organicé allá por el mes de febrero, y desde entonces, a su vera me mantengo.



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