FLANECILLOS DE CASTAÑAS Y RECUERDO DE UNA QUEDADA

{ 34 Comentarios }

Foto-grupo-Juan-baja
Todos los asistentes a la quedada.
Fotografía tomada del blog Recetas de tía Alia

Érase una vez un blog, Recetas de tía Alia,  cuya administradora soñó un día con reunir a un grupo de personas cuya afición común era la cocina. Pensó en modelar ese sueño convocándonos en un local en el que poder sentirnos cómodos mientras charlábamos, comíamos y bebíamos. Se estaba fraguando una quedada en Madrid.

El calendario se encaprichó del 24 de noviembre para formalizar ese sueño, y ese día llegó. Treinta y ocho personas, unas conocidas y otras no tanto, salieron de sus casas por la mañana con un destino común y portando en sus manos delicias culinarias preparadas con cariño e ilusión y que bañaríamos en nuestros estómagos con sorbos de buen vino, refrescos y licores.

El pasar un rato más que agradable y en buena compañía era lo que cada uno de los presentes deseaba, y así fue. Nos habíamos reunido para disfrutar de un evento que estoy segura dejó muy buen sabor de boca en muchos de los que allí estuvimos presentes. Y tanto, que muchos ya están deseando que llegue una nueva oportunidad, que será la tercera que se organiza, y entre ellos, yo.

Este relato que a vuestros ojos puede denotar cierto romanticismo, es un hecho. Los personajes son reales y esas delicias culinarias de las que hablo no son fruto de la imaginación.

Si aún hoy sentís la curiosidad suficiente como para poner cara a esos personajes y sabor y olor virtual a los platos de los que disfrutamos, no tenéis más que pinchar aquí y viajar al blog Recetas de tía Alia, donde podréis leer la estupenda crónica que ha escrito Carmen. Y no os olvidéis de pasar por el blog de Kisa, la artífice de todas las fotografías publicadas sobre la quedada. ¡Menudo trabajo!

Desde mi blog lanzo un grito de agradecimiento a todos los asistentes por ponerlo todo tan fácil para que la quedada fuera un éxito y disfrutáramos tanto. ¡Gracias! ... y en especial, a Carmen.


*   *   *   *   *   *   *   *   *

Flan castañas_4


Y pasamos a la receta de hoy: flanes de castañas. A su favor, o en contra, dependiendo de los gustos de cada cual, contundentes tanto en textura como en sabor. En textura porque a la hora de triturar las castañas, quise dejar unos trocitos de un grosor mayor para que se notaran al masticar, pero también se puede triturar fino con un robot si lo preferís con una textura más suave y fina al paladar. Así que después de leer la receta, tú decides si te pueden gustar o no. Y si te apetece, me lo cuentas :)


  Flan castañas_3

Ingredientes (Para 6 flanecillos)
  • 3 huevos tamaño L
  • 75 gramos de azúcar blanquilla
  • 300 ml de leche entera
  • 250 ml de agua
  • la piel de medio limón
  • 1 rama de canela
  • 350 gr de castañas
  • una pizquita de sal
Elaboración
  1. Para hacer la pasta de castañas: lavamos las castañas, les practicamos un corte transversal y las ponemos a cocer en una cazuela con el agua y 50 ml de la leche a emplear. Cocemos entre 25 y 30 minutos. Colamos, refrescamos, y con la ayuda de una cucharilla o la punta de un cuchillo, vaciamos las castañas y vamos reservando la carne. También puedes pelarlas, pero resulta más tedioso. Trituramos hasta obtener el grosor deseado. A nosotros nos gusta encontrarnos tropezones.
  2. Precalentamos el horno a 180º. En la altura más baja del horno ponemos un recipiente con agua a calentar y donde coceremos los flanes al baño María.
  3. Batimos los huevos y la mitad del azúcar. Añadimos la pasta de castañas.
  4. Con la otra mitad del azúcar hacemos un caramelo. Para ello ponemos a calentar el azúcar con una cucharadita de agua en un cazo y dejamos que se deshaga sin removerlo. Cuando empiece a deshacerse, cogemos el cazo y removemos el caramelo que se va haciendo moviendo el mismo cazo, y cuando ha empezado a adquirir un color avellana, echamos unas gotitas de zumo de limón para que no solidifique. Vertemos en los moldes individuales, o en una flanera grande, intentando cubrir todos los espacios.
  5. En otro cazo ponemos a calentar el resto de la leche con la piel de medio limón y la rama de canela. Cuando arranque a hervir, incorporamos poco a poco la mezcla de huevos y pasta de castañas, mezclamos bien, y vertemos sobre los moldes de flan.
  6. Disponemos los flanes en el recipiente con agua que habíamos metido en el horno y los cocemos unos 30 minutos.
Fuente: Revista Saber Vivir.


34 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.

SOLDADITOS DE PAVÍA {RETO RECETAS DE TÍA ALIA}

{ 39 Comentarios }

Soldaditos de pavía 

 ¡Volvemos al ataque con el reto de Recetas de tía Alia!

¡Yujuuuuu!

¿Y qué recetas nos ha propuesto Carmen para el mes de noviembre? Por el lado dulce, un "Pan perdido", y por el lado salado unos "Soldaditos de Pavía", que es la receta por la que me he decantado yo.

Los soldaditos de Pavía consisten en una fritura de pescado, primordialmente bacalao desalado, en los que el color de la masa amarillenta y los pimientos rojos que se elegían como guarnición para este plato recordaban al mismo traje que los soldados del regimiento de Pavía. Existe cierta controversia sobre el origen del nombre de esta receta, pero no voy a entrar en detalles, pues no es de especial relevancia para disfrutar de este plato.

Una cosa más que he descubierto es que es una receta típica de la gastronomía madrileña en Semana Santa.

A pesar de que la descripción del plato parece sencilla, y lo es, el reto de esta receta se presenta en el rebozado y en la fritura, ya que la masa en la que van envueltos los trozos de bacalao no es un mero rebozado de harina y huevo. La que yo he utilizado es una masa a base de harina, cerveza, sal, azafrán y aceite y que se conoce como "pasta Orly". A toda receta hay que encontrarle su punto, y a esta debemos encontrársela en la fritura. Para que el pescado no absorba demasiado aceite al freírlo debemos tener en cuenta ciertos aspectos:
  • En primer lugar, es importante que el aceite esté muy caliente.
  • En segundo lugar, no dar la vuelta al pescado hasta no estar seguros de que se ha dorado por el lado en contacto con la base de la sartén, y así no desmigar el rebozado.
  • En tercer lugar, retirar el pescado a un plato con papel de cocina absorbente y no dejarlo en reposo durante mucho tiempo, pues se ablanda, y en el caso del bacalao, comienza a desprender su gelatina.
Reto Tía Alia_Nov


Vamos a ver cómo hacer estos soldaditos de Pavía.

Ingredientes (Para 4 personas)
  • 500 gramos de lomos de bacalao salado
  • unas tiras de pimientos rojos asados (guarnición)
Para la pasta Orly
  • 125 gramos de harina
  • 3/4 de un vaso de los de agua de cerveza
  • una cucharada de aceite
  • sal
  • unas hebras de azafrán
Para la salsa de pimientos asados
  • 100 gramos de pimientos asados
  • 1 cdta de aceite de oliva virgen extra
  • 1 guindilla despepitada
  • 1 cdta de azúcar
  • 1/2 vaso de nata líquida, caldo o agua
  • sal
Elaboración
  1. Empezamos desalando el bacalao. Para ellos, 48 horas antes lavamos los lomos para quitarles la sal y los guardamos en un recipiente cubiertos de agua en la nevera. Cada ocho horas lavamos los lomos y les cambiamos el agua. Y volvemos a guardar en la nevera.
  2. El día de la preparación de la receta escurrimos los lomos y les quitamos las espinas, aunque suelen venir limpitos. Si son trozos anchos, podemos cortarlos por la mitad a lo largo. Los secamos con papel absorbente y reservamos.
  3. Para hacer la pasta Orly, en un recipiente mezclamos la harina, la sal y el aceite y removemos y vamos añadiendo poco a poco la cerveza para poder deshacer los grumos con mayor facilidad. Tostamos las hebras de azafrán en una sartén y las incorporamos a la mezcla. La masa debe quedar entre líquida y espesa. Sabremos si está en su punto si al levantar las varillas con un poco de la masa, la dejamos caer y la misma masa forma dibujos que desaparecen al instante.Tapamos el recipiente con film transparente y guardamos en la nevera durante al menos una hora.
  4. Para hacer la salsa de pimientos rojos asados, ponemos los pimientos en un cazo y los trituramos. Añadimos una cucharadita de aceite, la guindilla y el azúcar y llevamos a ebullición. Incorporamos la nata o el caldo y cuando rompa a hervir, bajamos la potencia del fuego, sazonamos y dejamos cocer a fuego muy suave durante cinco minutos aproximadamente. Retiramos la guindilla y la desechamos.
  5. Para freír los trozos de bacalao ponemos abundante aceite a calentar en una sartén. Pasamos cada trozo de bacalao por la pasta Orly, escurriendo bien el exceso, y cuando el aceite esté muy caliente, aunque sin llegar a humear, metemos los trozos y los freímos, primero por un lado, y cuando esté doradito, le damos la vuelta intentando no manipularlos mucho para no desmigar la masa. Una vez fritos los pasamos a un plato con papel absorbente.
  6. Para servir en el plato, ponemos una pequeña cantidad de la salsa de pimientos rojos asados, un lomo, o dos, según tamaño, de bacalao y acompañamos de unos pimientos rojos asados sazonados.
¿Creéis vosotros que el reto de este mes está superado? Yo creo que sí. ¡Prueba superada!


Fuente masa Orly aquí.
Fuente historia etimológica de los Soldaditos de Pavía, aquí.




39 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.

PUMPKIN PIE {TARTA DE CALABAZA}

{ 51 Comentarios }

Pumpkin pie_3 

Hoy es el cuarto jueves del mes de noviembre, que traducido a las costumbres norteamericanas, eso quiere decir que millones de norteamericanos celebran hoy su Día de Acción de Gracias, en inglés, Thanksgiving.

El Día de Acción de Gracias es una de las fechas más emblemáticas por aquellas tierras, aparte del 4 de julio, cuando se celebra su independencia del Reino Unido.

La tradición que nos toca hoy fue traída por los primeros peregrinos británicos que salieron de tierras inglesas allá por el año 1620, a bordo del buque Mayflower, cuando siendo perseguidos en su país por su nueva ideología religiosa decidieron echarse a la mar, en busca de una tierra en la que promulgar con una religión que daría lugar al puritanismo que hoy en día siguen millones de norteamericanos. En esta fecha las familias se reunían en torno a la mesa para agradecer las bondades que les ofrecían las tierras y así festejar los productos de la cosecha.

Cuando los europeos llegaron a tierras americanas, se toparon con un producto que no conocían: la calabaza, uno de los productos básicos para los indios americanos.

Se dice que cuando los peregrinos llegaron a Norteamérica, una de las formas en que cocinaban la calabaza era cortando la parte superior para despepitarla y rellenarla de nata, huevos, miel y especias. Enterraban la calabaza bajo las cenizas del fuego, y transcurrido el tiempo de rigor, la vaciaban. El contenido se había traducido en una especie de crema que con el paso del tiempo evolucionó y se convirtió en una de las recetas más típicas de la gastronomía norteamericana para celebrar el Día de Acción de Gracias: la tarta de calabaza, que es la que os traigo hoy.

Y con esta receta participo en el concurso de recetas norteamericanas de La Cocina de Tesa. Si quieres saber más sobre este concurso, pincha en el logo de justo debajo, y date prisa porque se termina el 30 de noviembre.




Pumpkin pie_2





Ingredientes (Para un molde de 23 cm)

Para la pasta quebrada
  • 175 gr de harina normal
  • 1/2 cdta de sal
  • 115 gr de mantequilla sin sal fría
  • 2-4 cdas de agua muy fría
Para la pasta de nueces
  • 50 gramos de nueces
Para el relleno
  • 3 huevos
  • 425 gr de puré de calabaza asada* (Nota más abajo)
  • 120 ml de nata espesa
  • 110 gr de azúcar blanquilla
  • 1 cdta de canela en polvo
  • 1/2 cdta de jenjibre en polvo
  • 1/8 cdta de clavo en polvo
  • 1/8 cdta de nuez moscada (también podemos utilizar 1 y 1/2 de la mezcla mixed spice)
Para la nata montada
  • un brik de 200 ml de nata para montar (min. 35% M.G.)
  • miel, sirope de arce, o golden syrup
Pumpkin pie_1 

Elaboración

De la pasta quebrada
  1. En un recipiente ponemos la harina, la sal y la mantequilla y mezclamos con las manos, deshaciendo la mantequilla con las yemas de los dedos y frotando con los demás ingredientes. Lograremos una textura similar a migas de pan.
  2. Añadimos dos cucharadas de agua muy fría y seguimos amasando hasta conseguir que todos los ingredientes hayan amalgamado. Si notamos que la masa queda seca, añadimos una o dos cucharadas más.
  3. Formamos una bola que envolveremos en film transparente y que guardaremos en el frigorífico durante 30 minutos. También podemos realizar este proceso en un robot, pero yo encuentro la masa más manejable a mano y no cuesta nada hacerla.
  4. Enharinamos la superficie de trabajo, así como el rodillo con el que extenderemos la masa hasta lograr un tamaño de unos 33 centímetros para forrar un molde tipo Pyrex de 23 centímetros de diámetro de base.
  5. Enmantequillamos y enharinamos el molde.
        1. Enrollamos la masa en el rodillo para transferirla al molde, sobre el que extenderemos la masa acoplándola a la base y a las paredes. Cortamos el sobrante de la masa por los bordes. Con esos restos, podemos decorar el borde. Para ello amasamos esos recortes, los extendemos y cortamos tiras de medio centímetro de grosor. Cogemos dos tiras, las enredamos una con la otra y con ellas decoramos los bordes de la tarta.
  6. Refrigeramos durante 30 minutos más.
De la pasta de nueces
  1. Tostamos las nueces. Podemos hacerlo en una sartén, a fuego medio y removiendo con frecuencia. También podemos hacerlo en el horno, calentándolo a 180º hasta dorarse, removiéndolas de vez en cuando.
  2. Las dejamos enfriar y las pulverizamos en un robot de cocina o metiéndolas en una bolsa de plástico y golpeándolas con el rodillo. 
  3. Sacamos el molde de la nevera y extendemos la pasta de nueces por su base. Guardamos de nuevo en la nevera.
Del relleno
  1. Precalentamos el horno a 190º, situando una bandeja en la parte más baja del horno y con calor superior e inferior.
  2. En un recipiente amplio batimos los huevos, e incorporamos el resto de los ingredientes del relleno. 
  3. Vertemos el relleno sobre la base con la ayuda de una cazoleta.
  4. Horneamos durante 45-55 minutos, o hasta que la masa se haya dorado y el relleno hecho. Para saberlo, pinchamos el relleno con un palillo y si sale limpio, ya está hecho.
  5. Dejamos enfriar.
De la nata montada
  1. Montamos la nata.

Montaje
  1. Servimos una porción al comensal y la acompañamos de nata montada edulcorada con un chorretón de miel, de sirope de arce o de golden syrup.
Notas
  • Para 425 gramos de calabaza asada necesité una calabaza de un kilo de peso.
  • Para asar la calabaza procederemos de la siguiente manera:
    • Partimos la calabaza por la mitad, la despepitamos y la pelamos.
    • Cortamos cada porción en trozos pequeños, de unos dos centímetros de tamaño.
    • Precalentamos el horno a 200º, y en una bandeja de horno ponemos papel de aluminio sobre el que distribuiremos la calabaza para posteriormente cerrarlo como que fuera un paquete. Es lo que llamamos cocer en papillote. Asaremos durante una hora.
    • Retiramos la calabaza a un recipiente en el que la trituraremos una vez fría. Si tienes thermomix, quedará muy fina.
Fuente para la receta: Joy of baking.
Fuente para el asado de la calabaza: Recetas de tía Alia


51 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.

ALBÓNDIGAS DE CARNE EN SALSA

{ 38 Comentarios }

Albóndigas de carne en salsa_1

Hoy os traigo  un clasicazo, clasicazo de los de toda la vida; y no solo eso, si no una de esas recetas de las que forman esa entrañable colección de "recetas de mamá".

Si ahora mismo abriera aquí una encuesta y os preguntara qué recetas son las que siempre os gusta comer en casa de vuestra madre, estoy segura que esta, la de las albóndigas de carne, junto con la tortilla de patatas y las lentejas, se encuentran en las posiciones más altas. ¿A que no me equivoco?

Pues mirad que esta receta es la misma que hace mi madre, pero no sé por qué, no lo acabo de pillar el punto que ella le da. Eso sí, en nuestra casa gustan mucho. La verdad es que no hay otras, y hay que comerlas, porque no pasa como con las lentejas: que si quieres las comes y si no, las dejas. Bueno, en realidad ni con las lentejas pasa eso, porque en casa nos gustan mucho, y nunca se dejan, si no más bien se devoran con gusto. Y por cierto, que se merecen una entrada como la de estas albóndigas, porque mucho pensar en recetas novedosas y sorprendentes, y no sé si os pasa a vosotros, pero en mi casa más de una vez me han pedido a voces que les haga unas lentejas normales y corrientes. Y es que al fin y al cabo se disfruta mucho de las recetas de toda la vida.

Y como las albóndigas gustan tanto, un clásico de nuestra cocina, se merecen estar recogidas en mi colección de recetas, y lo mismo hasta sirve como referencia para alguien que aún no se haya estrenado en el mundo de las albóndigas.

Esta receta va por todas las madres, pero muy especialmente, por la mía.

Albóndigas de carne en salsa_2


Ingredientes (Para 4 personas)

Para las albóndigas
  • 600 gramos de carne picada, mitad ternera, mitad cerdo
  • 2 huevos
  • 1 diente de ajo grande
  • 1 cda de perejil picado
  • 60 gramos de miga de pan
  • un chorrito de leche
  • harina para envolver las albóndigas
  • sal
Para la salsa
  • 1 cebolla
  • 1 cda rasa de harina
  • 1/2 cdta de pimentón dulce, o un pelín picante
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • aceite de oliva virgen extra
  • una hoja de laurel
  • 15 granos de pimienta negra
  • agua o caldo de cocido
  • sal 
Elaboración
  1. Para hacer las albóndigas, empezamos batiendo los dos huevos en un recipiente.
  2. Pelamos y picamos el diente de ajo, lo ponemos en un mortero junto con el perejil y una pizquita de sal para evitar que el ajo salte y lo machacamos. Lo incorporamos al recipiente donde tenemos los huevos. Removemos.
  3. Añadimos la miga de pan desmenuzada y un chorrito de leche. Mezclamos bien.
  4. Añadimos la carne, sazonamos, y mezclamos todos los ingredientes. Tapamos carne con film transparente y la guardamos en la nevera en torno a una hora.
  5. Al cabo de ese tiempo, sacamos la carne y vamos formando bolas del tamaño de una nuez. Las rebozamos en harina y las vamos reservando.
  6. Ponemos una sartén con aceite abundante a calentar y vamos friendo las albóndigas. Cuando comiencen a dorarse ligeramente, las damos la vuelta, y cuando tomen el mismo color por el otro lado, las retiramos a un plato con papel absorbente.
  7. Para hacer la salsa, en una cazuela ponemos a pochar a fuego suave una cebolla cortada en juliana. Cuando comience a dorarse, añadimos la harina y tostamos un poquito. Añadimos el pimentón, removemos rápidamente y a continuación añadimos el vino. Dejamos evaporar el alcohol y añadimos un poco de agua, o mejor de caldo. Incorporamos las albóndigas y las cubrimos casi por completo con más agua o caldo. Añadimos los granos de pimienta y la hoja de laurel, tapamos la cazuela y llevamos a ebullición. En el momento en que la salsa comience a hervir, bajamos al mínimo y dejamos cocer suavemente media hora, removiendo de vez en cuando, aunque es conveniente no hacerlo con una cuchara, si no con movimientos de vaivén, para así no romper las albóndigas.
  8. Para servir, acompañamos con unas patatas fritas, la guarnición reina para unas albóndigas, aunque también hay a quien le gusta acompañarlas con arroz cocido.
Notas
  • La salsa podemos triturarla, y de hecho en casa se come así. El momento de triturarla llegaría justo antes de incorporar las albóndigas a la cazuela. Lo podemos hacer con una batidora y después pasar la salsa por un chino o por un colador para que quede más fina.
¡Y a disfrutar! Y eso sí, que no nos falte pan.

*   *   *   *   *   *   *

Antes de marcharme, quería invitaros a visitar la página web que ha diseñado mi marido, grandísimo aficionado a la fotografía, y en la que podréis disfrutar de sus bonitos reportajes de Primera Comunión. Así que si alguno de vosotros está pensando en cómo plasmar en fotografía un gran acontecimiento familiar, aquí tenéis un punto de contacto. ¡Espero que os guste!




38 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.

BROWN IRISH SODA BREAD {PAN MORENO DE SODA IRLANDÉS - RETO BAKE THE WORLD}

{ 42 Comentarios }

Irish soda bread 

Cuando Clara, la principal administradora de Bake the world nos propuso como reto para el mes de noviembre un pan irlandés, mi corazón dio un respingo, pues es una pan que yo misma le sugerí hacer debido al gran cariño que le tengo a Irlanda. Todo ella me trae bonitos recuerdos de una estancia de la que disfruté en mis tiempos de estudiante, y a donde llegué con el propósito de mejorar mis conocimientos de lengua inglesa, y a los que debo la profesión a la que me devoto hoy en día.

No me quiero extender en el "mundo Irlanda"; ya le dedicaré una entrada un poquito más adelante. Y creo que lo interesante en ahondar en la historia de un pan que ha alimentado a millones de irlandeses, y que les ha ayudado a sobrevivir en un país afectado por la famosa Gran Hambruna de la patata que empujó a tantos miles de irlandeses a salir de su país en busca de un futuro que no encontraban en él debido a la miseria con la que allí se vivía. Uno de los destinos de estos emigrantes fueron los Estados Unidos, donde se tergiversó la receta original añadiendo mantequilla. Y es por este motivo por el que incluso se creó una sociedad en favor de la conservación del pan de soda irlandés.

Rory O'Connell, un popular chef y profesor irlandés nos cuenta que el pan de soda irlandés fue introducido a principios del siglo XIX y que en sus inicios este pan era cocido en una cazuela de hierro provista de tapadera y a la lumbre, puesto que por aquel entonces no existían hornos. Era un pan asequible, ya que los ingredientes con lo que se elaboraba estaban al alcance de las familias. La harina la obtenían del trigo que cultivaban, y el buttermilk, o suero de mantequilla, el líquido que se formaba tras la fabricación de la mantequilla, se obtenía de las vacas que les proporcionaban la leche diariamente.

Hoy en día existen algunas versiones de este pan, como aquellos que incorporan uvas pasas. Pero no hay duda de que este ingrediente era un artículo de lujo para las familias de entonces. Sin embargo, en algunas zonas, empleaban semillas de alcaravea, una planta que seguramente muchos habréis visto por el campo y de sabor picante y anisado.

El dibujo típico en la superficie de este pan de soda es una cruz. Si nos atenemos a una explicación científica, esta cruz facilita la entrada del calor hasta el interior del pan ayudándole a cocerse. Si nos atenemos a una explicación más popular, la cruz, símbolo de la religión católica, y que promulga la inmensa mayoría de la población irlandesa, representa la gratitud del pueblo por el pan de cada día, aunque también existe la creencia de que la incisión de una cruz  permitía la salida de los malos espíritus del pan.

Hoy en día, el pan de soda irlandés sigue siendo uno de los alimentos básicos de la población irlandesa, y aunque aún podemos encontrar lo que se conoce como white soda bread (pan blanco de soda), es quizás más común encontrar el brown soda bread (pan moreno de soda), que es el que os invito a conocer hoy.

Vamos a ver cómo elaborar este pan de miga asombrosamente tierna, de miga prieta, con pequeñisimos alveolos y que se tarda menos en hacer que el tiempo que lleva leer esta entrada. No en vano, es perfecta para adentrarse en el mundo del pan. Así que los aún reacios, ¿a qué estáis esperando? :)

Irish soda bread-corte


Ingredientes
  • 250 gr de harina de trigo integral
  • 250 gr de harina de trigo normal
  • 1 cdta de bicarbonato
  • 1 cdta de sal
  • 400 mililitros de buttermilk
Elaboración
  1. Comenzamos elaborando el buttermilk. Para ello en un recipiente ponemos 400 mililitros de leche a la que añadiremos dos cucharadas de zumo de limón. Lo dejamos reposar, sin remover ni mover, durante unos 10 o 15 minutos.
  2. Precalentamos el horno a 220º.
  3. En un recipiente grande ponemos el resto de los ingredientes y los mezclamos bien con la ayuda de unas varillas.
  4. Transcurrido el tiempo de reposo del buttermilk, lo vamos añadiendo poco a poco a los ingredientes secos hasta formar una bola de textura un poco pegajosa pero manejable.
  5. Ponemos una buena cantidad de harina sobre la superficie en la que trabajaremos la masa y amasamos durante un minuto, no mucho más. Le damos forma de bola y lo embadurnamos bien de harina por todas partes.
  6. Forramos una bandeja de horno con papel vegetal, pasamos el pan a la bandeja, lo aplastamos un poquito, y le practicamos una cruz de un centímetro de profundidad con un cuchillo muy bien afilado para que los cortes sean limpios.
  7. Introducimos en el horno y lo cocemos durante diez minutos. Transcurrido este tiempo, bajamos la temperatura a 200º y lo mantenemos unos 20 minutos más.
  8. Lo sacamos del horno, y lo pasamos a una rejilla, donde lo dejaremos enfriar por completo.
Espero que os haya gustado este pan. No hay duda de que yo lo he disfrutado enormemente, tanto por ese lado sentimental que me ha hecho revivir aquella bonita y productiva experiencia en un país con un lugar en mi corazón. 

La receta orginal, aunque adaptada en la cantidad de buttermilk, aquí

42 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.

BACALHAU DOURADO {BACALAO CON PATATAS PAJA Y HUEVOS}

{ 48 Comentarios }

Bacalhau dourado_2 

 Esta receta me lleva atrás en el tiempo, allá cuando yo era una jovencita, bueno ... solo un poco más joven de lo que soy ahora :) Por aquel entonces, mis padres, aprovechando su estancia vacacional de verano en su tierra, Zamora, planificaban uno de los días para cruzar la frontera hacia Portugal y aterrizar en un pueblo conocido como Miranda do Douro. En aquellos tiempos, para poder acceder al pueblo, había que pasar por un registro de la Guardia Civil española primero, y por otro de la guardia portuguesa y enseñar la documentación en regla, tanto para entrar como para salir.

Ir de compras a Portugal era una actividad muy rentable, puesto que se podían conseguir artículos de algodón de buenísima calidad, principalmente ropa de cama y mesa, a un precio extraordinario. También era típico comprar bebidas como aguardiente o vino, artículos hechos de cobre y sobre todo, bacalao.

Y ese día en el que el monedero pasaba más tiempo abierto que cerrado, el estómago pedía de comer. Nosotros teníamos costumbre de hacerlo en un restaurante situado en el centro del pueblo, organizado en tres plantas, y en el que a mi me gustaba especialmente la receta que os traigo hoy: bacalhau dourado. ¿Quién me iba a decir a mi que después de tanto tiempo yo recuperaría esa receta y la haría en mi propia casa? Y si vosotros os sentís caprichosos y os apetece comerla en la vuestra, invitados estáis. Eso sí, con él vais bien servidos como plato único.

Bacalhau dourado_1


Ingredientes (para 3-4 personas)
  • una cebolla grande
  • 400 gr de migas de bacalao
  • 3 patatas medianas
  • 4 huevos
  • sal (con moderación, para salar los huevos)
  • pimenta
  • aceite de oliva virgen extra
Elaboración
  1. Desalamos las migas de bacalao. Para ello, basta con ponerlas en remojo en la víspera. Primero le quitamos la sal bajo el chorro del grifo de agua fría, las guardamos en un recipiente cubiertas de agua, y las guardamos en la nevera. A la mañana siguiente las lavamos y las dejamos en agua hasta un par de horas antes de cocinarlas. Examinamos que están libres de espinas, y desmenuzamos los trozos más grandes si los hubiera. Las dejamos escurrir en un colador mientras seguimos con la receta.
  2. Pelamos las patatas, las cortamos en rodajas como de dos milímetros de grosor y para que nos cunda más el trabajo, amontonamos unas cuantas rodajas y las cortamos en tiritas finas para hacer patatas paja. Si tenéis mandolina, os aliviará el trabajo. También venden en los comercios patatas paja que podéis usar igualmente, aunque hechas en casa tienen nuestra confianza de que el aceite en el que se fríen es de calidad. Ponemos las patatas en un recipiente cubiertas con agua para que desprendan el almidón y las dejamos en remojo un cuarto de hora. Escurrimos el agua, las aclaramos con agua del grifo, y las secamos con un paño de algodón o papel de cocina. 
  3. En una sartén honda, ponemos abundante aceite a calentar y freímos las patatas por tandas. Las retiramos a una fuente sobre papel de cocina para que este absorba el exceso de aceite.
  4. En otra sartén ponemos un par de cucharadas de aceite a calentar. Pelamos y picamos la cebolla en juliana y la pochamos en la sartén a fuego medio hasta que comience a adquirir un tono dorado.
  5. Subimos la potencia del fuego y añadimos el bacalao. Removemos con frecuencia.
  6. Añadimos las patatas paja y removemos bien.
  7. Batimos los huevos. Salpimentamos (con moderación) y los añadimos a la sartén. Apagamos el fuego para que los huevos cuajen con el calor residual.
  8. Servimos en la mesa acompañando el plato con unas aceitunas negras.
¡Y a disfrutar! Espero que os haya gustado. A nosotros nos encantó, y sin duda, volverá a deleitarnos en alguna que otra ocasión.


48 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.

TARTA MOUSSE DE CHOCOLATE, CAFÉ Y BAILEY'S

{ 69 Comentarios }

Tarta mousse chocolate_café_baileys_2 

Hay días en los que escribir una entrada cuesta. Y hoy podría ser uno de esos días.


Cuando se trata de mirar hacia dentro, de abrir tu corazón y de convertir en palabras los sentimientos que en él habitan, cuesta.

Y es que hoy, 8 de noviembre, hay una persona, mi marido, con la que celebro nuestros 15 años de matrimonio juntos. Voy a evitar el haceros pasar por ese momento sentimental que llegaría ahora y en el que os expresaría todo lo que siento hacia él, puesto que es él quien realmente más va a sentir y vivir esas palabras. Pero llegados a una fecha como esta, me paro a pensar y a valorar lo que ha sido este camino juntos, y solo puedo decir, y no es poco, que cuando junto a ti camina una persona que te sigue, que te apoya, que te valora y que te quiere, ni las cuestas son tan pronunciadas, ni las pendientes son tan resbaladizas. Y junto a él quiero seguir de la mano por senderos, por caminos, unas veces  más anchos, otras, más estrechos, unas veces hacia arriba, otras cuesta abajo, lo que nos marque la vida, pero siempre en buena compañía. 

Y para celebrar nuestro 15 aniversario de casados hice una tarta que me enamoró en cuanto la vi. No pude esperar mucho en hacerla. Es más, la vi perfecta para la ocasión que se acercaba. La tarta que ella, Beatriz, una de las personas a las que más estimo en este mundo blogueril, llamó Tartufo, y que se inspiró de otra bella persona, Paula. Como véis, los buenos sentimientos abundan en esta ocasión. 

Como gozo del permiso de por quién conocí esta tarta, copio literalmente la receta, explicada perfectamente bien, aunque con algunas puntualizaciones. 

Tarta mousse chocolate_café_baileys_cuch

La tarta consta de 3 partes: bizcocho para la base (almibarado), una mousse y una cobertura. Os pongo los ingredientes separados.




Ingredientes:

Bizcocho:

100gr de mantequilla
4 huevos separando yemas y claras
40gr de azúcar
50gr de harina

Almíbar de café (se puede tener hecho días en el frigorífico):

100ml de agua
80gr de azúcar
2 cucharaditas de café instantáneo

Mousse de café y chocolate:

350ml de nata de montar (35% de materia grasa)
6 yemas de huevo
80gr de azúcar
40ml de licor de café (yo Bailey's)

Glaseado:

Un glaseado que es perfecto para este tipo de tarta, con una mousse debajo. Tiene un puntito gelatinoso gracias a la miel,  pero muy suave y muy apropiado en este tipo de tarta.

100gr de chocolate Postres Valor 70%
150ml de nata de montar (35% de materia grasa)
30gr de miel

Un molde de 22cm (máximo 24cm) desmontable.

Elaboración:

Primero haremos el almíbar para que de tiempo a enfriar:

El almíbar se prepara hirviendo el agua junto con el azúcar y añadiendo el café instantáneo. Dejar enfriar y reservar. Esto, como decía, puede estar preparado previamente.

Después haremos el bizcocho:

Precalentar el horno a 180º C

Derretir el chocolate en un bol en el microondas poniendo temperatura baja y 50 segundos. Poner varias veces hasta que se vea que se va derritiendo. En la última vez añadir la mantequilla y volver al micro unos pocos segundos, lo suficiente para poder mezclar el conjunto y obtener una crema homogénea.
Dejar que pierda calor y añadir las yemas. Mezclar bien.
En un bol grande montar las claras a punto de nieve con el azúcar. Añadirle la mezcla anterior de chocolate mezclando con la espátula y movimientos envolventes.
Finalmente, añadir la harina tamizada y mezclar de nuevo con la espátula y con cuidado para que la crema no pierda el aire.
Volcar en el molde engrasado y hornear durante 15 minutos con aire (sin aire 18 min.).

El bizcocho tendrá que estar frío para montar la tarta.

La mousse de café y chocolate también es muy fácil.

Montar la nata y reservar en el frigorífico.
Derretir el chocolate en un bol en el microondas (ver indicaciones del bizcocho). Dejar enfriar un poco.
Montar las yemas de huevo junto con el azúcar y blanquear, que se llenen de aire para que luego la mousse tenga más cuerpo.
Añadir el licor de café (o Bailey's) y el chocolate que tenemos reservado.
Finalmente incorporar la nata con movimientos suaves y envolventes hasta que la mezcla esté bien homogénea y sin grumos de nata (no pasaría nada pero se verían en el corte).

El glaseado también es sencillo. Yo lo hice lo último y tras el reposo de la mousse en la nevera de una hora. Igual se podría hacer antes pero no demasiado, ya que quizá se espese demasiado al enfriar y no se extienda bien.

Derretir de nuevo el chocolate en el microondas. Reservar. En otro bol o vaso grande poner la nata con la miel y calentar también en el micro durante 40 segundos a potencia máxima. Juntar con el chocolate derretido y mezclar hasta obtener una crema suave. Dejar templar.

Montaje de la tarta

Al ser el cuerpo de la tarta una mousse que enfría en la nevera, es ideal colocar alrededor del molde por la cara interior de la cintura una lámina de acetato, que garantiza una puesta en escena de la tarta perfecta. Si no, pues con cuidado :).

Empapar el bizcocho, ya frío,  con el almíbar haciéndole muchos agujeros con un tenedor o brocheta. Echar a cucharadas el almíbar (también frío) y dejar que lo empape (tarda un ratito).
Volcar encima la mousse  y meter a la nevera (si se quiere poner una lamina de acetato pegada a la cintura del molde por la parte interior para que se despegue perfectamente). Dejar al menos 1 hora para que solidifique antes de ponerle la cobertura.
Por último volcar la cobertura fría. Verterla lo más cerca posible de la mousse para que no se rompa y queden las capas perfectas. Yo utilicé una cazoleta a modo de tobogán, de modo que según se van vertiendo la cobertura en ella, cuando se desborda cae suavemente sobre la mousse sin perforarla. Es importante que la cobertura esté completamente fría para que quede una textura gelatinosa, de lo contrario podría quedar un poco líquida, aunque inmensamente rica.

Para desmoldarla, hemos de tener cuidado, pues es posible que al abrir el aro del molde, la tarta se pueda resquebrajar un poquito. Para evitarlo, bordea toda la tarta con una espátula fina, o un cuchillo de punta redondeada, de los que usamos para untar, asegurándote de llegar bien hasta el fondo de la base. 



Organización para hacer la tarta

Es importante tener en cuenta cómo organizarnos para hacer la tarta. Si la queremos para tomar como postre en la comida, sería preciso comenzar con la tarta la tarde noche del día anterior, que es cuando haríamos el bizcocho, pues tiene que estar frío para verter la mousse, y esta tiene que haber soldificado para verter por encima el glaseado.

Si nuestra intención es disfrutar de la tarta en la tarde noche, podemos hacer el bizcocho temprano por la mañana, hacer la mousse antes o después de la hora de la comida, darle tiempo a que solidifique para en el último momento hacer el glaseado.

Nota

  • La tarta adquiere un toque al Bailey's ligeramente más marcado transcurridos dos días al  de su elaboración.
  • El brillo de la cobertura de chocolate se atenúa, por lo que recomiendo hacerla unas horas antes de consumirla.

Espero que a pesar de la distancia, celebréis conmigo este gran día.

¡Feliz jueves!










69 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.

POLLO ESCABECHADO

{ 46 Comentarios }

Pollo escabechado_1

Uno de los momentos más estresantes en mi mesa es el "momento ensalada", y os preguntaréis por qué.

Cuando llega el momento de aliñar una ensalada con una vinagreta básica elaborada con sal, vinagre y aceite, y en ese mismo orden, dicen que la proporción ideal es de cuatro partes de aceite de oliva virgen extra por una de vinagre si éste es de marcada acidez; en el caso de los vinagres menos ácidos, como el de Jerez, que es el que entra en mi casa, la proporción sería de tres partes de aceite y una de vinagre.

Pues mi gusto por lo avinagrado hace que estas proporciones se desnivelen a favor del vinagre, y si caen unas gotitas más, pues no pasa nada ... en teoría ... Pero en realidad, sí que pasa. Y lo que pasa es que se avinagra el humor de alguno de mis comensales, en concreto el de mi marido, y tanto, que ha llegado a dejar la ensalada por estar incomible. En este punto, tengo que agachar la cabeza y reconocer mi error, y es que cuando un@ se excede en cantidades de vinagre, no es nada agradable. El vinagre sube hasta la nariz, baja por la garganta hasta parecer quemarla.

Para vuestro consuelo, por si se diera el caso de que algún día alguno de vosotros compartís nuestra mesa, os contaré que ya he escarmentado y que me he aprendido muy bien las proporciones justas para hacer una buena vinagreta y que una ensalada verde sea realmente comestible.

¿Y a cuento de qué viene esta historia? Pues guarda mucha relación con la receta que os traigo hoy: pollo escabechado.

Cuando lo hice, aprendí de nuevo a rezar. Ese día le recé a todo lo que me encontraba a mi paso, a los astros para que se alinearan y me iluminaran, y todo para que el escabeche saliera en su justo punto de acidez y que mi marido disfrutara comiéndolo, y no dejara el tenedor en el plato y abandonara la mesa. Y no sé si es que mis rezos llegaron a ser oídos por alguien, que las constelaciones se alinearon o qué, pero el caso es que esta receta de pollo ha sido una de las que más le han gustado en mucho tiempo. Yo creo que más bien se debe a que la receta es buena, muy buena, y viene de una fuente muy fiable que me aseguró que nos gustaría a los tres con toda seguridad. Y así fue, afortunadamente. Mi fuente, una de mis vecinas, Rosa.

Pollo escabechado_2

Ingredientes (Para 4 personas)
  • 1 pollo cortado en trozos medianos, o como en mi caso, 2 o 3 jamoncitos por persona, dependiendo de su tamaño
  • un vaso de los de agua de vinagre de Jerez
  • dos vasos de los de agua de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cabeza de ajos entera
  • 1 hoja de laurel
  • entre 10 y 15 granos de pimienta negra
  • sal
  • aceite de oliva virgen extra para dorar el pollo
Elaboración
  1. En una cazuela ponemos un par de cucharadas de aceite a calentar y doramos el pollo previamente salado. Según se va dorando, lo vamos retirando a otra cazuela. 
  2. Una vez dorado todo el pollo, en esa cazuela ponemos la cabeza de ajos justo en el medio, los granos de pimienta negra y el laurel, y cubrimos con la proporción de aceite y vinagre indicados. Si necesitáramos más aceite y vinagre para que el pollo quede totalmente cubierto, nos basaremos en la proporción aconsejada. 
  3. Tapamos con la tapadera, lo llevamos a ebullición, y en el momento que comience a hervir dejamos cocer suavemente una media hora. Mi vitrocerámica tiene nueve potencias de calor, y yo lo mantuve en la posición 3. 
Notas
  • Esta receta de pollo es ideal para comer en cualquier momento, tanto en frío, como templado o en caliente. Puedes hacerla y mantener el pollo en un recipiente bien cerrado en la nevera durante mucho tiempo gracias al poder del escabechado como conservante.
  • El aceite que no consumas ... ¡ni se te ocurra tirarlo! Lo puedes guardar para el próximo escabechado que hagas, pero también puedes utilizarlo como aliño para una ensalada verde. Con este aliño sí que ese "momento ensalada" no es tan estresante ;)


Y antes de marcharme, os invito a pasaros por el blog que administran Tito y Juana, Las salsas de la vida. Durante este mes seré su salsera mayor. Os invito a pasaros por él, ver la salsa que les he preparado, y de paso, disfrutar de un "momento cotilleo" leyendo la entrevista que me han hecho. Muchas gracias por haber pensado en mi para formar parte de vuestro repertorio de blogueros salseros :). ¿Os atreveríais a decir qué salsa he hecho sin llegar a su blog?

¡Feliz lunes!

Salsa remoulade_1





46 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.