PASTEL GRIEGO DE CALABACÍN Y ARROZ

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Film and food, en su reto del mes de junio, nos han propuesto hacer un homenaje a la cocina griega elaborando una receta de nuestra libre elección. Sin embargo, la receta debía incluir un ingrediente secreto, y para averiguar cuál era ese ingrediente secreto, nos proporcionaron una serie de pistas que nos llevarían a la solución. El misterio partía del dios griego Dionisio, y el ingrediente se extraía del fruto de una planta que es parte de la simbología que acompaña a este dios. Seguro que si os digo "la vid" tod@s sabréis de inmediato a qué fruto me refiero y qué ingrediente se obtiene de él, ¿verdad? :))

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Escultura de Dionisio expuesta en el Louvre, París.

Aunque hace demasiados años para yo acordarme de aquéllo ;)), parece mentira que cinco siglos antes del nacimiento de Jesucristo, Grecia disfrutara de una época dorada que jamás ha vuelto a liderar. Grecia, cuna de la democracia, de la Constitución, un sistema impulsado por Pericles, quien se propuso hacer de Atenas, su capital, la ciudad más bella del mundo. Durante el mandato de Pericles se construyeron una gran cantidad de edificios que formaron la Acrópolis (ciudad alta) , entre ellos el gran Partenón y el Erectión, ambos templos construídos sobre otros derruídos. Los templos alojaban a sus dioses, y una pequeña parte del templo de Delfos estaba reservada para el dios Dionisio.


Dionisio era hijo de Zeus - dios del sol y de los dioses - y de Sémele - ser mortal. Cuenta la leyenda que Sémele recibía en secreto en sus habitaciones las visitas de Zeus. Estando Sémele embarazada de seis meses, Hera se disfrazó de la anciana sierva de Sémele e intentó convencerla para que abandonara a su amante Zeus. Sémele se opuso, y ante ésto, Hera decidió castigarla con el engaño y le dijo que Zeus no era un dios, sino un hombre corriente que se estaba aprovechando de su ingenuidad. Y fue así como propuso a Sémele que pusiera a prueba a Zeus pidiéndole alguna prueba de su divinidad. Sémele entonces le pidió a Zeus que le demostrara su divinidad, y él, puesto que iba a tener un hijo de ella, le dijo que haría todo lo que ella le pidiera, así que Sémele le pidió que se manifestara en su mayor esplendor. Zeus intentó convencerla de que pidiera otra cosa, pero ella se negó y Zeus, finalmente, concedió. Fue así como al aparecer Zeus en todo su esplendor, sus rayos abrasaron a Sémele. Hermes sacó a Dionisio nonato del vientre de su madre y lo cosió al muslo de Zeus. Unos meses después nació Dionisio (nacido dos veces) y Deméter (de dos madres).

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Detalle de una vasija de cerámica griega de figuras rojas representando el nacimiento de Dionisio, quien emerge del muslo de Zeus. Como se ve, porta sobre su cabeza una corona de hojas de parra.


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El pintor barroco Rubens retrata la muerte de Sémele justo cuando Zeus se manifiesta como dios, provocándole así su muerte. Como se puede observar, Sémele muestra su vientre abultado por el embarazo.

¿Y por qué Ingrid y Alba, de Film & Food nos han propuesto elaborar una receta griega? Bueno, pues porque su propuesta cinematográfica para el mes de junio tiene espíritu griego. Estoy segura de que much@s de vosotr@s habréis visto una película que se estrenó en el 2002, Mi gran boda griega, la historia de una chica al estilo de "Betty la Fea" y que movida por el amor, logra un cambio radical en su aspecto y en su personalidad. Abundan las referencias culinarias a la gastronomía griega, y la comida es esencial en cualquier pequeña reunión familiar. No sé si será algo propio en las familias griegas, pero me ha llamado la atención la unión familiar y el contar con la familia para todo tipo de acontecimientos. La película no ha sido de mi especial agrado, pero lo que sí he disfrutado realmente es indagar y conocer algo más sobre esta rica gastronomía mediterránea.

Y sin más, vamos a por la receta.

Pastel griego de calabacín y arroz


Ingredientes
  • 50 grs. de arroz de grano corto
  • 50 ml. de vino blanco
  • 150 ml. de caldo de pollo o vegetal
  • 450 grs. de calabacín cortado en daditos de 1 cm. de grosor y escurrido en un colador entre 5 y 10 minutos
  • 2 cdas. de aceite virgen extra
  • 4 cdas. de perejil picado
  • 2 cdas. de menta picada
  • 2 huevos batidos
  • 100 grs. de queso feta
  • 100 grs. de mantequilla fundida
  • 200 grs. de pasta filo
  • sal y pimienta recién molida
  • un pelín de agua para humedecer el pastel al final
  • sésamo rubio y negro para decorar (opcional)

Elaboración
  1. Pelar y picar la cebolleta finamente. Calentar el aceite en una sartén y pochar hasta que esté tierna. Agregar el arroz, rehogarlo un par de minutos removiendo, añadir el vino, dejar evaporar el alcohol e incorporar el caldo. Cocer el arroz durante unos 18 minutos o hasta que se haya cocido. Verter en un recipiente hondo. Secar el calabacín con un paño de cocina limpio e incorporarlo al arroz. Remover y dejar templar.
  2. Batir los huevos, echar el perejil y la menta picados, el queso feta desmenuzado y salpimentar. Incorporar al arroz y al calabacín y mezclar.
  3. Preparamos una fuente de horno cuadrada; la mia de 20 x 20. Preparamos también la pasta filo. Abrimos el envase, cortamos las láminas por la mitad, y las guardamos dentro de un paño humedecido para que no se reseque, porque se reseca muy rápidamente, y más con estas temperaturas de verano.
  4. Fundimos la mantequilla y pincelamos la base de la fuente con mantequilla. Ponemos una lámina de filo encima, y barnizamos con mantequilla. Todas las láminas han de barnizarse con mantequilla. Repetimos la operación con la mitad de las láminas. Vertemos la mezcla de arroz, calabacín y demás ingredientes, repartimos bien, y cubrimos con el resto de las láminas una a una y pincelando de mantequilla. Para terminar, nos hemedecemos las manos y con la palma mojamos la última lámina de filo. Con un cuchillo bien afilado practicamos unos cortes hasta el fondo formando recuadros, como los de la baklava, y remetemos los bordes por todo alrededor del pastel con el mango de una cucharilla o un utensilio que no sea afilado. Espolvorear el sésamo por encima.
  5. Horneamos a 180º unos 35 minutos, o hasta que el pastel esté dorado. Servimos a temperatura ambiente, aunque gana mucho en frío.


Notas:
  • La pasta filo es un ingrediente extraordinario. A pesar de lo frágil que es para manipularlo, sin embargo, una vez horneado, resiste mucho y gana en crujiente. Para mi, es ideal para hacer pasteles fríos y llevarlos de picnic. No se reblandece a pesar de llevar ingredientes húmedos, todo lo contrario al hojaldre. Es fácil de encontrar en la sección de refrigerados de los hipermercados, junto a las bases de pizza, de hojaldre, de masa quebrada, ...
  • Es importante engrasar cada una de las láminas de la pasta. Si no queréis usar mantequilla, podéis sustituirla por aceite de oliva virgen extra.
  • Un consejo sobre la menta: para que no amargue, retirad el nervio del medio y picarla con un cuchillo o unas tijeras.


Y bueno, ¿habéis encontrado el ingrediente secreto que nos proponían Alba e Ingrid? ¿Os ha gustado la receta? Espero que os animéis a disfrutar de un trocito de Grecia, porque desde luego que el panorama por allí no está para mucho disfrute, y más desde los recortes económicos de ayer. ¡Esperemos no tener que sufrirlos también nosotros!

Fuente: aquí sobre el nacimiento de Dionisio, y aquí de la receta. ¡Muchas gracias, Nieves!

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POLLO AL PARMESANO Y ROMERO CON SALSA DE LIMÓN

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Estaréis de acuerdo conmigo en que la carne de pollo es una de las más versátiles del mercado. Y es que ciertamente el pollo es una carne que admite múltiples formas de preparación a la plancha, empanada, en filetes, en tiras, en bolitas, en tacos,  en rollitos, guisada, asada, combina a la perfección con ingredientes tanto dulces, como salados, picantes o no, muy fácil de digerir, y si tenemos en cuenta de que es una de las carnes más económicas del mercado, tenemos la suerte de disponer de un gran producto diariamente.

Y es que tantos años domesticando al pollo nos ha valido para que al final lo tengamos rendido a nuestros pies y hacer con él lo que nos plazca. Sí, habéis oído bien, domesticar al pollo. El padre del pollo, es decir, el gallo, antaño era un ave salvaje. Sus orígenes se sitúan en la India. Pero los chinos fueron los que echaron güebos al asunto y se propusieron domesticar a este ave del que sabían que sus carnes podrían dar mucho juego en la cocina. A ésto es a lo que ha quedado reducido el provecho del pollo hoy en día, porque en tiempos de los romanos, el gallo era el símbolo de Marte, y representaba el valor. Para aquéllos puestos en las artes adivinatorias, leer las entrañas del gallo permitía conocer el futuro, hasta que en la Edad Media comenzó a destinarse a la producción de carne y de huevos, y poco a poco fue cayendo en declive para ser considerada una carne de segunda categoría ya en la Edad Moderna.


Pollo al parmesano y romero_2


Hoy en día el panorama es muy distinto, y el consumo de pollo solo se ha visto afectado por la peste aviar. Pero todo ha sido transitorio, y no en vano, España es la tercera productora de carne de ave, siendo superada por Francia y Gran Bretaña.

A Sonia, de L'Exquisit, buenamente le mandaba unos cuantos kilos de pollo a Holanda. La pobre se queja porque dice que el pollo de aquellas tierras no es de buena calidad y es muy insípido. Éste es el motivo por el que su índice de recetas muestra un amplio repertorio de recetas de pollo, a cual más original, pero todas ellas rápidas y fáciles de hacer. Éso es por lo que se caracteriza la cocina de Sonia,  y que a mí me tiene maravillada; el 99,9% de sus recetas me encantan nada más verlas. Y Sonia es el encanto personificado, siempre atenta con sus lectores, y de una forma muy personalizada. Sonia, no dejes de soprendernos.

De su colección de recetas de pollo es ésta que os traigo hoy y que espero que disfrutéis tanto como lo hacemos nosotros cuando las comemos. Unas pechugas de pollo en tiras, maceradas en yogur especiado, y rebozadas en una mezcla muy sabrosa. Y para acompañar una salsa deliciosa que bien puede acompañar a una triste pechuga a la plancha, a unas patatas fritas, o a tanto como se os ocurra. ¿Por qué no lo descubrís vosotr@s mism@s?


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Ingredientes (Para 4 px)
  • 2 pechugas de pollo cortadas en tiras
  • sal y pimienta
Para la marinada
  • 180 ml. de yogur griego
  • el zumo de un limón
  • pimienta blanca
  • sal
Para el rebozado crujiente
  • 150 gr. de pan rallado grueso, o del tipo "Cracker" de la marca Santa Rita
  • romero fresco picado
  • 100 gr. de queso parmesano rallado
  • sal y pimienta molida
Para la salsa
  • 60 ml. de yogur griego
  • 20 ml. de mayonesa
  • ralladura de un limón
  • sal y pimienta molida     

Elaboración
  1. Mezclar los ingredientes de la salsa y refrigerar.
  2. Mezclar los ingredientes del rebozado y refrigerar.
  3. Mezclar los ingredientes de la marinada  y cubrir el pollo con ella durante dos horas y en la nevera.  Procurad que el pollo no marine durante más de tres horas.
  4. Poner el pollo a escurrir en un colador amplio diez minutos antes de ponernos a trabajar con él. Salpimentar.
  5. Pasar las tiras de pollo por el rebozado y freír en abundante aceite de oliva virgen extra a fuego medio-fuerte.  Retirar a una fuente con papel de cocina para que absorba la grasa sobrante.
  6. Servir con la salsa.

¡Y ya está! No  me digáis que no es fácil. Lo de que está rico, ya me encargo yo. ¡Animaos a hacerlo! 

 Mi fuente de información documental aquí


 

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ROLLITOS DE PATÉ DE LANGOSTINOS

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Rollitos de paté de langostinos_1


Hoy podéis estar tranquil@s porque no os traigo ningún rollito sobre el orígen de esta receta, sí, podéis estar tranquilos. Bueno, pensándolo bien, quizás hasta os decepciono y todo porque ya la entrada pierde el valor que tienen otras, así que mejor me voy a poner a hablaros sobre la elaboración del pan en tiempos del hombre de Cromangnon, y de cómo ha ido evolucionando con el paso de miles de años. Y a todo ésto, puesto que los rollitos guardan en su interior un paté de langostinos, os contaré cómo evolucionó el pulpo prehistórico en el langostino de nuestros días. ¿Cómo? ¿Que no os lo créeis? Bueno, bueno. ¡Váis a alucinar cuando os cuente la historia! El caso es que ...

¡Que no! Que hoy no hay rollo que valga, que para enrollarse ya tenemos hoy bastante con los rollitos de paté de langostinos.

Ésta es una receta que nos hace un gran papel como aperitivo. Lo preparé hace unos meses y os puedo asegurar que triunfó más que Bisbal en las Ventas, sí, sí. Y aunque no os lo creáis, es más fácil que decir "¡ay!".

Que no, que no me enrollo. Vamos a por la receta.

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Ingredientes
  • 800 gramos de langostinos crudos con su cabeza y carcasas
  • 4 cucharadas de aceite de sésamo, o en su defecto, aceite de oliva virgen extra
  • rebanadas de pan de molde sin corteza
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 1/2 cucharadita de azúcar
  • pimienta negra molida
  • cebollino
  • aceite suave para freir

Elaboración
  1. Pelar los langostinos, quitarles la tripita, añadimos el aceite de sésamo, la sal, el azúcar y la pimienta, y trituramos los cuerpos en un vaso ancho. En thermomix 31, a velocidad 3 1/2, 5 segundos, o hasta que veamos que el triturado queda una masa. Reservamos en el refrigerador.
  2. Nos ponemos con el pan de molde y con un rodillo, o una botella de cristal, aplastamos las rebanadas de pan hasta que tengan unos 3 milímetros de grosor y untamos con el paté de langostinos generosamente. Cortamos el cebollino con la medida de las rebanadas de pan y colocamos tres de ellos encima del paté, uno en el medio y los otros a cada extremo de la rebanada. Enrollamos la rebanada y la sellamos al final con un poco más de paté. Repetimos la operación hasta acabar con el paté.
  3. En una sartén ponemos el aceite suave a calentar. Freir es fácil, pero no pillar la temperatura correcta del aceite para un frito. La temperatura tiene que ser alta para que el pan no absorba demasida grasa, pero no muy alta para que el pan no se queme. Ni se os ocurra dejar los rollitos de pan friendo solos; hay que estar muy pendientes de ellos para controlar el dorado y darles la vuelta. Retiramos los rollitos a un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
  4. Cortamos los rollitos en tres y servimos en frío

He de agradecer esta receta a Vanessa, que gestiona el blog Konfussión, aunque de un tiempo a esta parte no está en activo. Esperemos que vuelva pronto, porque su cocina es realmente de lo más ingeniosa. Una de los puntos buenos de su cocina es que siempre nos ofrece una valoración personal de su receta, lo cual nos confirma que todo lo que nos muestra está más que probado. La receta orignal, aquí.

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ENSALADA DE BULGUR, POLLO Y HORTALIZAS

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Ensalada de bulgur y hortalizas_1


El hombre es un animal de costumbres; éso dicen. No entiendo por qué se comparan ciertos comportamientos humanos con los de los animales, cuando en ciertas ocasiones se comportan de forma mucho más cívica. Pero ése es otro tema de discusión, porque a lo que yo iba hoy es a comentar los comportamientos autómatas que tenemos los seres humanos y que nos identifican como seres sociales que somos; nos movemos en sociedad y éso hace que al final todos, en mayor o menor medida, nos movamos siguiendo unos patrones similares.

Situémosnos a principios de primavera. Es el momento en que mucha, pero que mucha gente, y principalmente mujeres, comienza a acordarse de que alguien, vete tú a saber quién, pensó en bautizar como "operación bikini" a esa fase obsesiva que vuelve cada primavera a angustiarnos porque no nos va a valer la ropa de verano, porque no tenemos el tipito lo suficientemente esbelto como para lucirlo alegremente por playas y piscinas. Nos planteamos una dieta super atractiva y suculenta (?!?!?!?!) a base de verduritas y carnes y pescados a la plancha. Hay otros que ni siquiera se la plantean, pero su ritmo de vida laboral (o no) hace que su dieta se  transforme en ensaladas frescas, alegres y ricas, una forma de elaborar recetas de forma rápida, porque no exige mucha preparación en la cocina, fresca, y no solo por los ingredientes en sí, si no porque no exige pasar calores en la cocina, y alegre, por los colores de cada uno de los ingredientes que la forman.

Pues te hayas planteado o no pasar por la "operación bikini", tu vida laboral o no te impida entretenerte ciertos días en la cocina, hoy te traigo, y os traigo, una receta en la que el ingrediente base es el bulgur, un grano que he descubierto hace unos meses y que me gusta por su versatilidad en la cocina. Tan pronto te sirve para hacer unas albóndigas, como un pastel, una sopa o como esta ensalada. Tiene un ligero sabor que recuerda a la nuez, es muy rico en fibra, en hierro, en fósforo, en magnesio y muchos otros nutrientes, y más nutritivo aún que el arroz. Por ésto, y por mucho más, yo creo que se merece una oportunidad en tu cocina.

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Ingredientes 

Para 4 personas
  • 200 gr de bulgur
  • 300 gr de caldo de pollo
  • 2 pechugas de pollo
  • 1 cebolla roja cortada en juliana
  • 400 gr de calabacín cortado en dados
  • 2 zanahorias cortadas en dados
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cta. de cilantro fresco picado
  • 1/2 cta. de canela en polvo
  • 1/2 cta. de nuez moscada
  • 1 pizca de cayena molida
  • 40 gr de almendras enteras
  • 50 gr de uvas pasas
  • 2 cdas de zumo de lima
  • aceite de oliva virgen extra

Elaboración
  1. Poner el bulgur en un recipiente hondo. Poner el caldo a calentar, y una vez caliente, verter sobre el bulgur. Dejarlo reposar 30 minutos.
  2. Tostar las almendras en una sartén pequeña con un pelín de aceite. Remover con frecuencia para que no se quemen, que entonces amargarán. Salar y reservar.
  3. Cortamos las pechugas de pollo en tiras de unos 4 centímetros de largo y 1 de grosor. Salamos y las doramos, teniendo precaución de que se hagan también por dentro. Retiramos y reservamos.
  4. Cortar la cebolla en juliana y saltearla en una sartén con una pizca de aceite de oliva; lo justo para que se ablande, pero quede al dente. Retirar y reservar.
  5. En la misma sartén, saltear el calabacín unos minutos, procurando que quede igualmente al dente. Hacemos lo mismo con la zanahoria.
  6. Mientras se hace la zanahoria, machacamos los dos dientes de ajo con las especias y una pizquita de sal. Añadimos las dos cucharadas de zumo de lima y removemos.
  7. Vertemos todas las verduras y el pollo en la sartén y sobre ellas el majado. Removemos. Retiramos y dejamos templar.
  8. Mezclamos el bulgur con las verduras, las almendras reservadas y el pollo en una ensaladera y a disfrutar en la mesa.

Notas
  • El bulgur es un tipo de cereal que se puede adquirir en tiendas de dietética, o herbolarios. Hay tres tipos: de grano fino, medio, grueso y partido, aunque en nuestros comercios es posible encontrarlo o bien entero o partido.
  • Si no tienes caldo de pollo en el que hidratarlo, puedes usar simplemente agua, aunque ten en cuenta que el caldo le aportará un rico sabor. 
  • En verano se agradece tomar esta ensalada fresquita, pero en otras temporadas del año, templada queda muy rica.

Y con esta receta participo en el concurso organizado por Loreto y patrocinado por Valira, en el que la temática es comida para llevar; comida para llevar al trabajo, a un picnic, a la playa, ... Si no conocéis el blog de Loreto, os animo a que conozcáis su cocina creativa, donde podréis encontrar recetas que quitan el hipo.




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      CAKE DE CALABACÍN, CARDAMOMO Y LIMA

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      Estoy segura de que a estas alturas de vuestra vida habréis probado muchos ingredientes que hace años o bien no estaban asequibles a nuestros bolsillos (o a los de nuestros padres), o bien no nos atraían en absoluto, si no más bien lo contrario, o que ni siquiera sabíamos que existían.

      En mi caso particular, al primer grupo pertenecen los petit suisse,  los yogures en envase de cristal, la carne de cordero; dentro del segundo grupo están los callos, que me daban repelús, hasta que finalmente me atreví a probarlos en casa de mi abuela paterna, quien por cierto, los bordaba, y desde aquel momento cambié de opinión, y es más, que siempre que podía me guardaba un tupper con unos poquitos para su nieta. Lo siento, familia que me lee, pero yo estaba encantada de que la abuela se acordara de mí en este asundo. No me gustaban las lentejas, hasta que con lo mal que se comía en Irlanda en mis estancias como estudiante en aquellas tierras, llegué a echarlas de menos y fue lo primero que quise comer cuando regresé a España. No me gustaba la coliflor, ni los espárragos, ni el calabacín, ni muchas otras verduras que hoy en cambio sí que me gustan. Y dentro del tercer grupo se encuentran muchos alimentos que he ido conociendo, imagino que al igual que vosotros, al moverme por el mundo blogueril, y así descubrí que con azúcar se podía hacer fondant para recubrir tartas, que la canela, el jenjibre, el clavo y la nuez moscada resultaban de lo más exótico en un bizcocho,  cereales como el el bulgur y el cous cous, el tomate seco, la sal Maldon, el cardamomo, y tantos, tantos ingredientes más, y los que seguro que me quedan, y nos quedan, por descubrir.

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      Lo que nunca llegué a imaginar es que hortalizas como el calabacín, la calabaza o la zanahoria tendrían su aplicación para elaborar bizcochos, y mucho menos que me pudieran y nos pudieran gustar. Nos quedamos sorprendidos cuando hice el bizcocho de calabacín y chocolate. Y estaba segura de que el cake de calabacín, cardamomo y lima nos iba a gustar sí o sí. Y así fue. El calabacín añade una textura húmeda y muy jugosa a las masa. Y el sabor del cardamomo junto con el de la lima son tan bien avenidos ... Por no hablar de la cremosidad y de la frescura de la cobertura a lima. ¡Delicioso! El resultado es impresionantemente rico y os animo a hacerlo desde ya.

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      Ingredientes

      Para el bizcocho
      • 250 gramos de calabacín
      • 100 gramos de azúcar blanquilla
      • 100 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
      • 100 gramos de miel
      • 3 huevos batidos
      • 1 cucharadita colmada de semillas de cardamomo
      • el zumo y la ralladura de una lima 
      • 325 gramos de harina normal
      • 1 cucharada de levadura química
      • 75 gramos de almendra en granillo
      • 1 yogur griego

      Para la cobertura
      • 100 gramos de azúcar glas
      • 75 gramos de mantequilla reblandecida
      • 75 gramos de queso crema tipo Philadelphia
      • el zumo y la ralladura de una lima

      Cake de calabacin_cardamomo_lima_1

      Elaboración

      A mano
      1. Rallar el calabacín y extenderlo sobre papel de cocina o sobre un paño de algodón limpio para que absorba la humedad. Reservar.
      2. Para hacer el bizcocho, batimos la mantequilla y el azúcar hasta que la mezcla haya blanqueado, añadimos los huevos batidos y la miel. Mezclamos bien.
      3. Extraemos las semillas de cardamomo de sus cáscara, y las añadimos a la mezcla anterior junto con la ralladura de la lima y su zumo. Mezclamos. 
      4. Incorporamos la harina, la levadura, el calabacín rallado, el yogur y las almendras, y removemos de nuevo.
      5. Precalentamos el horno a 180º. Vertemos la masa en un molde rectangular que habremos engrasado y enharinado previamente, y horneamos durante una hora aproximadamente. Dejamos enfriar.
      6. Para hacer la cobertura, batimos el azúcar glas con la mantequilla hasta quedar una mezcla blanquecina y homogénea. Incorporamos el queso y el zumo de la lima. Mezclamos bien y guardamos en la nevera hasta que llegue el momento de cubrir con esta crema el cake.
      7. Desmoldamos el cake, y lo cubrimos con la crema de queso con la ayuda de una espátula. Espolvoreamos con la ralladura de la lima y a disfrutar.

      Con thermomix 31
      1. Pelamos las dos limas evitando la parte blanca y pulverizamos las pieles a velocidad progresiva 5-10 durante 30 segundos. Dividimos la ralladura en dos partes y reservamos.
      2. Sin lavar el vaso, pulverizamos todo el azúcar que vamos a usar (200 gr) en velocidad progresiva 5-10 durante 30 segundos La dividimos en dos partes y reservamos.
      3. Pelamos y cortamos el calabacín en cuartos del mismo tamaño aproximadamente y lo trituramos durante 10 segundos a velocidad 3. Lo extendemos sobre papel de cocina o sobre un paño de algodón limpio para que absorba la humedad. Reservamos.
      4. Para hacer el bizcocho, batimos la mantequilla y el azúcar (solo 100 gr) durante 1 y 1/2 minutos a velocidad 3 y 1/2.
      5. Añadimos la miel y los huevos y batimos durante 20 segundos a velocidad 3 y 1/2.
      6. Extraemos las semillas de cardamomo de sus cáscara y las añadimos a la masa junto con la ralladura de una lima que habíamos reservado y el zumo. Mezclamos 4 segundos a velocidad 3 y 1/2.
      7. Añadimos la harina, la levadura, el calabacín, el yogur y las almendras y mezclamos bien durante 1 y 1/2 minutos a velocidad 3
      8. Precalentamos el horno a 180º. Vertemos la masa en un molde rectangular que habremos engrasado y enharinado previamente, y horneamos durante una hora aproximadamente. Dejamos enfriar.
      9. Para hacer la cobertura, lavamos y secamos el vaso y batimos la mantequilla y el azúcar glas durante 1 y 1/2 minutos a velocidad 3 y 1/2.
      10. Añadimos el queso crema y el zumo y batimos durante 1 minuto a velocidad 3 y 1/2. Guardamos la crema en la nevera hasta que llegue el momento de cubrir con ella el cake.
      11. Desmoldamos el cake, y lo cubrimos con la crema de queso con la ayuda de una espátula. Espolvoreamos con la ralladura de la lima y a disfrutar.

      Notas:

      * El cardamomo es una especie que podéis adquirir en herbolarios y también en la tienda Gourmet de El Corte Inglés. Si no lo encontráis, no pasa nada por que no lo uséis para hacer el cake, pero el toque que le da es muy bueno. 
      * Conviene guardar la crema de la cobertura en la nevera, y más con altas temperaturas ambiente, para que coja consistencia en la nevera. De igual forma que una vez extendida la crema sobre el cake, es muy conveniente conservarlo en la nevera.

      Y con este bizcocho participo en la celebración del primer aniversario de WholeKitchen, un blog gastronómico administrado por Beatriz y Silvia. Lo único que tienes que hacer para participar es elaborar el bizcocho favorito para ti y tu familia y mostrarlo. Tienes tiempo hasta el 20 de junio.


      Fuente: Jamie Magazine

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      MARAÑUELAS DE CANDÁS

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      Una siempre sueña con lo que no tiene, por éso para mí pensar en Asturias es soñar. Cuando Isabel propuso un concurso como forma de agradecer los 1000 seguidores a los que había llegado mediante la elaboración de una receta de su tierra, Asturias, no pude no concederme el sueño de viajar gastronómicamente a esta tierra.

      Y es por éso que pensé en unas marañuelas, un dulce típico de dos localidades entre las que no distan más de seis kilómetros: Luanco y Candás, y pertenecientes a concejos diferentes: la una al de Gozón, y la otra al de Carreño (gracias por la aclaración, Belenciaga), y la cercanía es seguramente lo que les hace disputarse la autoridad de estas riquísimas galletas de mantequilla. Para los de Candás, las marañuelas son suyas, y a los de Luanco no hay quien les quite de la cabeza que son de ellos. Pero la realidad nos lleva a tiempos de los vikingos, de quienes se piensa que fueron ellos los que llevaban estas galletas cuando desembarcaron en el pueblo ubicado entre medias, Antromero. Y desde aquí, los candasines y los luanquinos tomaron cada uno una parte y adaptaron la receta a su manera. Las marañuelas de Luanco son algo más duras que las de Candás, seguramente porque éstas últimas hidratan la masa empleando huevos enteros, mientras que las de Luanco emplean mayormente yemas de huevo. El toque a anís se distingue en las marañuelas de Candás, y no en las de Luanco.

      Marañuelas_2

      Con el tiempo, tanto en una localidad como en otra, las marañuelas se convirtieron en un regalo que los padrinos hacían a sus ahijados llegada la Semana Santa. Y las novias agasajaban a los novios regalándoles este dulce, siendo signo de buen augurio, quizás por ser un tipo de galletas que duraban en perfectas condiciones durante meses, de ahí que incluso los marineros las llevaran en sus barcos en sus salidas al mar.

      Como recuerdo de mis vacaciones por estas tierras, os dejo con unas fotos que ilustran el pueblo de Luanco, un pueblo antaño ballenero, con dos puertos, uno de ellos ballenero y que hoy en día ha quedado relegado para celebrar torneos de tenis playa en los que han participado algunos de los jugadores más famosos. Luanco es una localidad tranquila, con un paseo marítimo precioso, acordonado por preciosas y coloridas viviendas unifamiliares. Cuenta con un museo marítimo, y a no más de veinte kilómetros se encuentra el Cabo de Peñas, con acantilados espectaculares y un museo también marítimo muy interesante. Casas rurales no faltan por la zona, pero os recomiendo encarecidamente la Casona de la Huerta, una casa indiana en la que nosotros solemos alojarnos. El autor de este collage, mi marido.

      Luanco

      MARAÑUELAS DE CANDÁS
      Las marañuelas son galletas de diferentes formas que reciben su nombre porque los cordones alargados de los que se forman se enmarañan creando formas muy diferentes y que emulan los nudos marineros. Son galletas de textura crujiente y algo blandas, pero sin llegar a ser abizcochadas. ¡Son una verdadera delicia! Y hacerlas ... ¡no os digo ná! :-)

      Ingredientes
      • 500 gr de harina de fuerza
      • 175 gr de mantequilla
      • 250 gr de azúcar
      • 2 huevos frescos
      • ralladura de medio limón
      • media copita de anís
      • medio sobre de levadura

      Marañuelas_3

      Elaboración
      1. Empezamos cociendo o clarificando la mantequilla. Para ello la ponemos a cocer al baño maría y dejamos cocer a fuego lento y sin remover. Vamos retirando la espuma, que son impurezas, y cuando ya no queden restos, la vertemos en un recipiente de cristal y dejamos enfriar. Es conveniente realizar este paso unas cuantas horas antes, e incluso el día de antes.
      2. Tamizamos la harina y la levadura en un recipiente grande. Hacemos un volcán, echamos el azúcar por encima de la harina, evitando el cráter, donde cascaremos los huevos.
      3. Incorporamos la ralladura de limón y el anís y amasamos con una cuchara.
      4. Una vez que los ingredientes están bien incorporados, podemos volcar la masa sobre una superficie de trabajo y seguimos amasando hasta formar una bola compacta.
      5. Preparamos unas bandejas de horno y las cubrimos de papel sulfurizado. Cortamos la masa en pequeñas porciones un poco más grandes que una nuez y amasamos cada porción con la mano hasta que esté consistente. Este paso es importante, porque si los ingredientes no están bien amalgamados, la masa se quebrará cuando estemos dándola forma.
      6. Formamos unos cordones con la masa, como seguro much@s habréis hecho con plastelina, entre medio y un centímetro de grosor, y lo suficientemente largos como para que nos den de sí al enrollarlos de la forma que más nos guste, como podéis ver en las fotos. Colocamos las galletas en la bandeja, dejando unos cinco centímetros de espacio entre cada una, pues crecerán.
      7. Horneamos a 180º durante unos 20 minutos.
      Y con esta receta participo en el concurso organizado por Isabel y del que el ganador recibirá un lote de productos asturianos.



        Fuentes: Entre alacenas y fogones y Gastroastur

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