PASTEL DE MANZANA

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Pastel de manzana


"Una manzana al día, del doctor te alejaría", éso es lo que debió pensar Eva, aquella mujer considerada en la Biblia como una incitadora al pecado cuando ofreció a su compañero Adán la manzana de la discordia, la que les convirtió en pecadores, por la que fueron expulsados del paraíso. Pero es que ... ¿a quién se le ocurre ir en pelota picá todo el santo día? No me digáis que no es forma de cogerse catarros, infecciones, virus y demás, y que tuvieran que andar de visita al médico un día sí y otro también. Y Eva, que era muy, pero que muy lista, pensó como toda mujer hace, en el bienestar de los demás, y en invitar a comer una manzana al joven Adán para así librarse de tanta visita al médico. Y simplemente por darle unos mordisquitos a una manzana cogida del árbol del Bien y del Mal, Dios les expulsó del paraíso, les arrojó a la tierra, convirtiéndolos en mortales y castigándoles con el sufrimiento: a Eva a parir con dolor, y a Adán a ganarse el pan con el sudor de la frente. ¡Ah! Y no nos olvidemos de la serpiente. Nadie salió en defensa de Eva para decir que la mayor provocadora de todas fue la serpiente, que ella era la que no paraba de insistir e insitir a Eva, "Anda, dale un mordisquito a esta grande y jugosa manzana, mira cómo brilla". La serpiente, menudo personaje, vaya bicho.


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Adán y Eva, de Miguel Ángel

Vamos a aparcar la historia de la manzana de la discordia y vamos a centrarnos en la receta de hoy: un pastel de manzana. Nos encantan este tipo de pasteles de masa crujiente que guarda en su interior una capa melosa de manzana.


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Ofrenda de comida en tiempos de la reina Ana de Gran Bretaña, última de los Estuardo. Podemos ver sobre la mesa un pastel de manzana en su "ataúd" (coffin)

Ya en el siglo II, el filósofo griego Galen recomendaba tomar manzana después de las comidas porque asentaba el estómago e impedía que los jugos gástricos regurgitaran; esta práctica es seguida por muchas personas hoy en día, y la manzana es una fruta muy digestiva.

En cuanto a la tarta de manzana, conocida como apple pie en inglés, se viene elaborando en Inglaterra desde el siglo XIV, o al menos se tiene constancia de este punto en el tiempo por un libro de cocina que data de entonces y en el que había una receta de susodicho pastel. Pero entonces, la capa crujiente que recubría la manzana no se comía; recibía el nombre de coffin, o "ataúd" en castellano, vaya nombrecito. Como edulcorante se usaba mayormente miel, porque el azúcar era muy escaso y difícil de conseguir. Ya en el siglo XVI comenzó a comerse la cobertura crujiente y a usar azúcar en lugar de miel. Y de aquí, los colonos ingleses se la llevaron a los Estados Unidos, y de hecho, hay tanta pasión en aquel país por el pastel de manzana, que se llega incluso a decir As American as apple pie, o en castellano, "tan americano como el pastel de manzana", cuando no hay nada de cierto en ésto, puesto que es un postre de origen europeo.

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Elaborando tartas de manzanas y otros dulces, como los spretzels, típicos de Alemania. Época medieval.


Después de toda esta charla, ya sé que estáis deseosos de saber cómo hacer el pastel de manzana. Pues venga, vamos a ello.

Ingredientes

Para la masa
  • 400 gramos de harina
  • 1 cdta de levadura química
  • 1 cdta de azúcar
  • 1 pellizco de sal
  • 200 gr de mantequilla fría cortada en daditos
  • 100 gr de agua fría
Para el relleno
  • 1 kg de manzanas verdes peladas y cortadas en cuartos; yo recomiendo encarecidamente del tipo "reineta"
  • 1 cda de zumo de limón
  • 100 gr de azúcar
  • 100 gr de agua
Baño de azúcar
  • 20 gr de leche
  • 100 gr de azúcar

Elaboración

Sin thermomix
  1. Para elaborar la masa, en un recipiente ponemos la harina, la levadura, el azúcar, la sal y la mantequilla y mezclamos con las manos. Al principio nos quedará una masa con consistencia se migas. Añadimos el agua y seguimos amasando hasta que los ingredientes se hayan incorporado. Es una masa muy fácil de trabajar. Formamos una bola, mejor ya fuera del recipiente, y la envolvemos con film transparente. Dejamos reposar en la nevera mientras preparamos las manzanas. No conviene dejarla mucho más tiempo, porque si no, se pondrá demasiado dura y será mucho más difícil manipularla.
  2. Para el relleno, en otro recipiente ponemos las manzanas, ya peladas y troceamos los cuartos en trocitos más pequeños, como de un centímetro de grande, los rociamos con el zumo de limón y mezclamos para que el zumo llegue a todos los trozos de manzana.
  3. Sacamos la masa de la nevera y la dividimos en dos partes iguales. Espolvoreamos la superficie de trabajo con harina y extendemos una de las mitades de la masa para cubrir un molde redondo de unos 30 centímetros de diámetro. Enmantequillamos un molde circular, cubrimos la base con la masa extendida, y distribuimos la manzana sobre la masa. Espolvoreamos con el azúcar y el agua.
  4. Extendemos la otra mitad de la masa para cubrir con ella las manzanas. Sellamos los bordes con los dedos dándole una forma de trenza, o remetiendo los bordes de la capa superior con la inferior. En este caso, pasamos el rodillo por los bordes para retirar el excedente de masa. Pinchamos la superficie con un tenedor, y en el medio hacemos un corte para formar una chimenea por la que saldrá el vapor de la cocción de las manzanas.
  5. Precalentamos el horno a 180º.
  6. Para el baño de azúcar, ponemos la leche con el azúcar en un cazo para calentarla sin que llegue a hervir. Removemos para que se disuelva el azúcar. Vertemos esta mezcla por encima de la tarta con una cuchara y antes de hornearla.
  7. Introducimos el pastel en el horno y dejamos que se hornee durante unos 50 minutos.

Con thermomix 31
  1. Para la masa, ponemos la harina, la levadura, el azúcar, la sal y la mantequilla en el vaso y programamos 10 segundos, velocidad 6. Añadimos el agua y programamos 15 segundos, velocidad 6. Retiramos la masa del vaso, amasamos para darle forma de bola y la refrigeramos mientras preparamos las manzanas. Veréis que la masa se trabaja muy fácilmente.
  2. Para el relleno, ponemos en el vaso la mitad de las manzanas en cuartos con el zumo de limón, y las trituramos durante 3 segundos, velocidad 4. Si queda algún trozo más grande, córtalo con el cuchillo. Retira las manzanas a un recipiente, y haz la misma operación con la otra mitad de las manzanas.
  3. Retira la masa de la nevera y divídela en dos partes iguales. Espolvorea la superficie de trabajo con harina y extiende una de las mitades de la masa con un rodillo para cubrir un molde de 30 centímetros de diámetro. Enmantequilla el molde y coloca la masa en el mismo. Vierte las manzanas encima y distribúyelas homogéneamente. Espolvorea con el azúcar y riega con el agua.
  4. Extiende la segunda mitad de la masa y cubre con ella las manzanas. Sellamos los bordes con los dedos dándole una forma de trenza, o remetiendo los bordes de la capa superior con la inferior. En este caso, pasamos el rodillo por los bordes para retirar el excedente de masa. Pinchamos la superficie con un tenedor, y en el medio hacemos un corte para formar una chimenea por la que saldrá el vapor de la cocción de las manzanas.
  5. Precalentamos el horno a 180º.
  6. Para el baño de azúcar, ponemos la leche con el azúcar en un cazo para calentarla sin que llegue a hervir. Removemos para que se disuelva el azúcar. Vertemos esta mezcla por encima de la tarta con una cuchara y antes de hornearla.
  7. Introducimos el pastel en el horno y dejamos que se hornee durante unos 50 minutos.
Notas
  • Puedes servir una porción de este rico pastel con una bola de helado de vainilla o de nata semi-montada edulcorada con una cucharada de azúcar y/o una cucharadita de esencia de vainilla y que añadirás casi al final de haber montado la nata con la textura deseada.

Fuente de información y fotografías: A tale of two tarts
Fuente de la receta: Revista Thermomix Magazine nº 27



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CREMA DE COLIFLOR "DU BARRY"

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Crema coliflor_5


Quel est le glamour?, o en cristiano: ¿qué es el glamour? Ésta es una pregunta que puede traer cola. Para algun@s Belén Esteban puede estar en la posición número uno de las famosas más glamurosas del panorama público. Para otros, esta "diva" puede rallar la ordinariez, y ser desbancada por la super mega estrella de lo más fashion del mundo mundial: Carmen Lomana, que a propósito, ¿alguien puede decirme de donde ha salido esta señora? Para mí, una gran desconocida, pero trasladada al mundo de las estrellas de forma super mega vertiginosa, o sea ... ¿Pero sabéis lo último? ¡Nooooo? ¡¡Carmen Lomana ha protagonizado el último anuncio del super restaurante de comida rápida Burger King!!, o sea, lo más de lo más. Lo cual me lleva a la conclusión de que lo glamuroso de Belén Esteban dista muy, muy poco del glamour de la gran Carmen Lomana. ¿Os apuntáis al glamour comiendo una hamburguesa cinco estrellas en el Burger King? ¡%&ª$¨=\*!

No sé lo glamuroso que puede ser tener tu nombre asociado a una verdura, pero parece ser que allá por el siglo XVIII, era de lo más normal que un miembro de la aristocracia donara su nombre a algún elemento gastronómico. Ésto es precisamente lo que le pasó a Madame Du Barry, que dio su nombre a una crema hecha a base de coliflor. Madame Du Barry fue una francesita costurera que se convirtió en  amante de el rey Luis XV, y que terminó siendo decapitada con la llegada de la revolución francesa. Si queréis saber algo más sobre esta joven de vida alegre, y de cómo llegó a ser quién fue, pasaros por el blog de Carlos Dube, Mercado Calabajío, blog que seguramente todos conoceréis y que ya ha servido de mención en alguna otra entrada de mi blog, como ésta o ésta.


Crema coliflor_4


La coliflor no goza de muchos adeptos. A unos no gusta por su marcado sabor, y a otros por el olor que desprende en la cocción. Estos dos "inconvenientes" se pueden corregir de forma muy sencilla:

- Para suavizar el sabor de la coliflor, añadid un chorrito de leche a la cocción.
- Para evitar el olor al cocerla, usad el microondas. Poned la coliflor en un recipiente apto para microondas, echad un chorritín de agua, tapar el recipiente con film transparente y cocer durante 10 minutos a máxima potencia.

Yo os aseguro que esta crema resulta muy, muy suave. De hecho, mi hija es reacia a comerla, y cuando la probó pensaba que estaba comiendo una crema de patata. Os animo a hacerla, porque resulta francamente deliciosa.


Crema coliflor_3


¿Qué necesitamos?
  • los floretes de una coliflor mediana previamente lavados
  • media cebolleta (más dulce que la cebolla)
  • la parte blanca de un puerro
  • 1 patata mediana
  • 1 cucharada de mantequilla
  • medio litro de caldo de gallina o de pollo
  • 2 cucharadas soperas de vinagre blanco
  • una yema de huevo (opcional - yo no la usé)
  • una cucharada sopera de harina de maíz
  • 100 ml de nata líquida
  • pimienta negra molida
  • sal
  • aceite de oliva virgen extra
  • para decorar: cebolla frita y crujiente, tipo Ikea, y queso parmesano recién rallado.

¿Cómo la elaboramos?
  1.  Cocemos la coliflor sumergida en agua, al vapor, o en el microondas, va a gustos. En olla a presión convencional, 15 minutos, al vapor 30 minutos, y en microondas, 10 minutos. Colamos, según el caso, y reservamos.
  2. Picamos la cebolleta y el puerro. Pelamos la patata y la cortamos en cuadraditos. 
  3. Pochamos la cebolleta en una cucharada de aceite y la cucharada de mantequilla durante un par de minutos; añadimos el puerro picado y seguimos pochando a fuego suave. Añadimos la patata, le damos unas vueltas y vertemos el caldo y las dos cucharadas de vinagre. Salamos el conjunto y dejamos cocer durante 10 minutos. El olor de esta parte de la receta es una maravilla, y este compuesto por sí solo tiene un rico sabor.
  4. Añadimos la coliflor reservada, y trituramos el compuesto con una batidora. Añadimos la nata, removemos bien con una cuchara, rectificamos de sal, espolvoreamos un poco de pimienta y servimos calentita. 
  5. Adornamos la crema con la cebolla frita y queso parmesano recién rallado.
Notas
  • Si deseamos añadir la yema de huevo, lo haremos en el paso número 4, batiéndola con la nata y añadida a las verduras para mezclarlas en el triturado.
  • Si deseáis que la crema os quede más espesa, diluíd la cucharada de harina de maíz en un poco de agua fría, vertedla en la crema y dejar que hierba unos minutos para que la crema coja cuerpo.
  • Si tenéis thermomix, ya sabéis que las cremas quedan muy suaves. Verted las verduras en el vaso sin la nata, y programad 2 minutos a velocidad progresiva 5-10. Verted la nata y removed con una cuchara.   

Algunos datos sobre la vida de Madame Du Barry aquí. 

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PAN DE TORRIJAS

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Pan de torrijas

N

o quería dejar pasar la Semana Santa sin publicar un pan de torrijas; el año que viene, por estas fechas, estaré enfrascada en el mundo de las oposiciones, y es muy probable que mi actividad blogueril no sea tan activa, ni por asomo, ya lo saben much@s de l@s que me siguen.

Normalmente aprovechamos para hacer torrijas el pan sobrante, empleamos pan de molde, o bien compramos un pan tipo brioche de corteza blandita. Hace unas semanas vi la receta de este tipo de pan en Webos Fritos, un blog que no es la primera vez que utilizo como referencia en mis inspiraciones culinarias, que ha recibido dos premios de la blogosfera, y cuyas recetas aparecen recopiladas en un libro que se ha publicado la semana pasada, y al que le auguro un éxito rompedor. Soy poseedora de una de las copias de ese libro, y os aseguro que es tan bueno como lo es la web.

Pan Torrijas_1

Quería que la receta de este pan formara parte de mi colección particular, aunque pública, y compartirla con vosotros. Puede que algún alma descarriada se haya perdido la receta, o tú, que aún no has hecho torrijas, aprovecha estos días de vacaciones, y ponte a ellas.

Este pan se hace en un plis-plas; la masa es super manejable, nada pegajosa, y muy suave; apenas necesita levado. Si lo haces por la mañana, por la tarde te puedes poner a hacer torrijas, y disfrutar de una sesión torrejil. Y luego, a merendar torrijas, que como recién hechas no hay nada.

Ingredientes

Las cantidades son las mismas que da Su. De su pan, salen 16 torrijas. Como nosotros somos tres en casa, no quería atiborrar a la familia de torrijas y que no quisieran saber nada de mí en unos meses ;-)), así que decidí hacer un pan con la mitad de los ingredientes que os indico aquí.
  • 350 ml de leche tibia
  • 1 cdta de azúcar o de miel
  • 40 gr de levadura fresca
  • 550 gr de harina de fuerza
  • 5 gr de sal

Pan_torrijas_collage


Elaboración

Sin thermomix
  1. Desmenuza la levadura con la mano y dilúyela con una cucharilla en el vaso de leche tibia.
  2. En un recipiente hondo, que nos permita amasar, ponemos 400 gramos de harina, la sal y el azúcar o la miel; mezclamos bien, añadimos la levadura y la leche y seguimos mezclando. Cuando los ingredientes estén incorporados, volcamos la masa sobre una superficie de trabajo, y seguimos amasando unos minutos. Terminamos por darle forma de bola, y la dejamos reposar en un recipiente, y tapada con un paño durante 10 minutos.
  3. Amasamos la bola y le damos forma alargada como de una barra de pan. La ponemos en una placa de horno sobre papel sulfurizado, y la tapamos con un paño una media hora o hasta que haya doblado su volumen.
  4. Precalentamos el horno a 200º con calor superior e inferior, y justo antes de meter el pan en el horno, con una cuchilla o un cuchillo bien afiliado, hacemos 16 cortes transversales (o 10 si hacéis la barra pequeña) y horneamos el pan unos 30 minutos. Si empleamos la mitad de los ingredientes, el tiempo de horneado es de 20 minutos aproximadamente.
  5. Dejamos enfriar el pan sobre una rejilla.

Con thermomix
  1. En el vaso ponemos la leche y el azúcar y la calentamos durante 2 minutos, a 37º, velocidad 2.
  2. Añadimos la levadura y programamos 5 segundos, velocidad 4.
  3. Añadimos la mitad de la harina y la sal, mezclamos 15 segundos, velocidad 6. Incorporamos el resto de la harina y amasamos durante 4 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga. Si empleamos la mitad de los ingredientes, vertemos de una vez la harina necesaria (275 gramos) y amasamos durante 2 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga.
  4. Sacamos la masa del vaso, amasamos dándole forma de bola, y la dejamos reposar durante 10 minutos en un recipiente y tapada con un paño.
  5. Amasamos la bola y le damos forma alargada como de una barra de pan. La ponemos en una placa de horno sobre papel sulfurizado, y la tapamos con un paño una media hora o hasta que haya doblado su volumen.
  6. Precalentamos el horno a 200º con calor superior e inferior, y justo antes de meter el pan en el horno, con una cuchilla o un cuchillo bien afiliado, hacemos 16 cortes transversales (o 10 si hacéis la barra pequeña) y horneamos el pan unos 30 minutos. Si empleamos la mitad de los ingredientes, el tiempo de horneado es de 20 minutos aproximadamente.
  7. Dejamos enfriar el pan sobre una rejilla.

Y éstas son las torrijas de este año:

Torrijas_1



Si ahora quieres hacer torrijas, ese dulce tan típico de Semana Santa, que se elabora en todos los hogares españoles, aunque castizas, porque su origen reside en Madrid, puedes ver cómo las hago yo aquí. Después de ésto, solo espero que los tuyos te pidan que les hagas torrijas una y otra vez, y no solo en Semana Santa. Nunca hay excusa para no hacer torrijas. ¡A disfrutar antes de meternos con la operación bikini a fondo! :-))




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TAGLIATA CON QUESO MASCARPONE Y TOMATES SECOS

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Tagliata con mascarpone y tomates secos_1


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o hace mucho tiempo que descubrí un ingrediente que desde entonces forma parte de mi "fondo de despensa": el tomate seco. Los entendidos en moda, y quizás no tanto, hablan del "fondo de armario" para referirse a prendas de vestir indispensables y básicas. Un fondo de despensa estaría formado por aquellos ingredientes que nunca pueden faltar en una cocina. Muchos coincidiremos en mencionar la cebolla, el pimiento verde, el ajo, el aceite y la sal. ¿Alguno más incorporarías tú? Bueno, pues yo he incorporado el tomate seco. Lo puedes usar tanto seco como hidratado, bien en agua, o en aceite, picadito finamente o en trozos más toscos, para el ragout que acompaña a la pasta, para unas albóndigas de carne, para estofar unas lentejas, para masas de pan como la focaccia, la pizza, o el propio pan, en aceite para acompañar queso de cabra sobre pan, en el pisto, y la lista sigue, y sigue. Y es que en España se ha usado el tomate seco desde tiempos inmemoriales, pero mayormente para cocinarlo; sin embargo, en Italia se seca y se conserva en aceite y se usa para tomar como antipasto, o entrante, con queso mozzarella sobre una rebanada de pan, un pesto de tomates secos, para ensaladas, con embutido, con marisco, ...

Tomates_secos_collage


Para hidratar unos tomates secos que vamos a usar para cocinar, basta con sumergirlos en agua templada durante una media hora. Los escurrimos y los manipulamos según las instrucciones de la receta.

Para aquéllos que desconozcan el sabor de los tomates secos, os diré que tienen un sabor muy marcado y mucho más potente que el tomate fresco, y nada que ver con éste. Cuando mi hija empezó a comer la pasta de la forma que os la traigo hoy, acompañada de queso mascarpone y de tomates secos, pensó que estaba comiendo ... ¡chorizo!

Nunca he secado tomates, pero este verano me voy a poner a ello con los tomates que siembran mis suegros en su huertecillo, y puesto que tengo una caja hecha para tal cometido. Ana os explica muy bien cómo secar tomates al sol. No os perdáis su entrada si queréis poner a prueba la técnica de secado al sol de tomates y poder disfrutar de su sabor durante muchos meses.

Tomates secos_mascarpone_pasta


La receta de hoy, bien facilita, pero no la menospreciéis por ello, porque es absolutamente deliciosa. La conocí a través del blog Aliter Dulcia, y cuya propietaria es una joven asturiana llamada Isabel. Cuando conocí a Isabel por primera vez, dejaba su nombre como firma en sus comentarios, y poco más se podía saber de ella. ¿Tendrá blog? Pues claro que lo tenía, y lo que me estaba perdiendo. Isabel nos sugiere propuestas fantásticas, y no todo lo que publica en su blog es dulce, como dice el título de su blog. Prueba de ello, esta receta. ¡No os lo perdáis!


Ingredientes (Para 3 personas)
  • 300 gr de tagliata o cualquier otra pasta de vuestro gusto. Los tagliata es un tipo de pasta similar a los tagliatelle, aunque más cortos. Isabel recomienda los penne porque las estrías de este tipo de pasta corta permiten que la salsa se adhiera más fácilmente a la pasta.
  • Una tarrina de 250 gr de queso mascarpone
  • medio vaso de leche
  • 6 tomates secos
  • 1 diente de ajo picado finamente
  • unas cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • unas hojas de albahaca fresca picada, o una cucharadita de la seca; podéis usar cualquier otra hierba aromática de vuestro gusto
  • Agua
  • Sal y pimienta
  • Queso parmesano rallado

Elaboración

  1. Ponemos a calentar abundante agua con sal en una cazuela amplia, y cocemos en ella la pasta siguiendo las instrucciones del fabricante. Colamos y reservamos.
  2. Picamos los tomates secos en trozos pequeños y sin necesidad de haberlos hidratado previamente.
  3. En una sartén ponemos el aceite a calentar para dorar el ajo picado. Removemos y los retiramos de la sartén a un plato pequeño.
  4. En la misma sartén sofreímos los tomates secos a fuego lento, removemos de vez en cuando durante unos 5-7 minutos.
  5. Incorporamos la leche, el queso y el ajo reservado y removemos para deshacer bien el queso.
  6. Incorporamos la pasta reservada y aderezamos con las hierbas aromáticas que hayamos elegido. Removemos y servimos con un poco de queso parmesano rallado coronando la pasta.



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Bacalhau com natas { Bacalao con nata }

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bacalao-con-nata

Bacalhau com natas o Bacalao con nata

El bacalao siempre ha sido uno de los ingredientes básicos de la gastronomía de Semana Santa. Su relación con esta festividad viene de cientos de años atrás, cuando el ayuno y la abstinencia eran los pilares en los que se apoyaban las creencias cristianas para recordar los cuarenta días que Jesucristo pasó en penitencia y ayuno. Estos cuarenta días se conocen como Cuaresma. La Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza, una fecha elegida entre el 4 de febrero y el 10 de marzo, y termina el Domingo de Ramos. Durante todos estos días, y más en concreto, en el Viernes Santo, no es que la obligación fuera comer pescado, si no que la obligación era no comer carne por respeto al cuerpo y la sangre de Cristo.

Hace cientos de años, y en España hasta mediados del siglo XX, la carne era un manjar privilegio de unos pocos, de los más ricos, mientras que el pueblo llano y humilde no sabía ni lo que era llevarse un bocado de carne a la boca. Sin embargo, las clases adineradas no consentían prescindir de la carne durante la Cuaresma, y pagaban a la iglesia la "bula". La bula era un documento concedido por la Iglesia, sellado con plomo y que consentía, bajo previo pago, el consumo de carne durante esos cuarenta días. Entramos aquí en la polémica sobre lo que es pecado: si pagabas la bula, no pecabas; una de las tantas contradicciones de la Iglesia.

El ayuno, el comer solo una vez al día, y no permitirse ciertos manjares, hizo que los protagonistas de la gastronomía de estos cuarenta días fueran el pescado, las verduras, las hortalizas, los huevos, el pan y los dulces. Y es aquí donde entra el bacalao, y más en concreto, el bacalao en salazón.

La salazón ha sido, y es, un método de conservación que consiste en secar el alimento mediante su baño en sal; la sal hace que las proteínas de la carne se descompongan en aminoácidos y le aportan un sabor propio y creado de forma natural. El desecado permite transportar las piezas a las regiones del interior y así deja de ser un alimento perecedero. El bacalao nada en los mares del norte y del ártico; es famoso el islandés, el noruego y el de Groenlandia. Se convirtió en la estrella del mercado marítimo en el siglo XV, y España era precisamente uno de los países más interesados en él.

Cómo desalar bacalo en salazón

Lo primero que tenemos que hacer es lavar el bacalao al chorro del grifo, pero un chorro suave, disponemos los trozos con la piel hacia arriba en un recipiente grande y hondo, y tendremos sumergidas piezas en agua dependiendo del grosor de las mismas:

- Las piezas gruesas necesitan estar sumergidas 48 horas en agua muy fría.
- Las piezas más finas necesitan menos horas: 36.

En ambos casos es muy importante que el agua esté muy fría, por éso es conveniente tenerlo guardado en la nevera, e incluso de vez en cuando echar unos cubitos de hielo. No es conveniente dejarlo a temperatura ambiente, pues el pescado puede fermentar, y dentro de la nevera, al mantener una temperatura constante, no maltratamos la carne del bacalao. Ésto evitará que el bacalao se abra. El agua hay que cambiarla cada 6 u 8 horas.

En el momento en el que vayamos a cocinarlo, lo pasamos por el chorro del agua fría y lo secamos con un paño.

Tras el proceso de desalado, si no deseamos consumirlo, podemos congelarlo según tengamos costumbre de hacerlo con el pescado.

bacalao-con-nata

Receta de Bacalhau com natas o Bacalao con nata

Ingredientes (3p)

Para el relleno
  • 50 gr de aceite de oliva virgen extra
  • 100 gr de cebolla cortada en aros finos
  • 350 gr de patatas cortadas un poco más gruesas que como para tortilla
  • 60 gr de agua
  • 400 gr de bacalao desalado, sin piel y sin espinas; también puedes ser migas
Para la bechamel
  • 200 gr de leche
  • 25 gr de mantequilla
  • 1 cda. de aceite de oliva virgen extra
  • 35 gr de harina
  • media pastilla de caldo de pescado o media cucharadita de sal
  • un pellizco de nuez moscada
  • un pellizco de pimienta molida
  • 100 gr de nata líquida
Para gratinar y decorar
  • pan rallado
  • unas bolitas de mantequilla
  • unas aceitunas negras enteras y sin hueso
Elaboración

Con Thermomix 31
  1. Colocamos la mariposa en las cuchillas, vertemos en el vaso el aceite y programamos 3 minutos, temperatura varoma, velocidad 1. Incorporamos la cebolla y pochamos durante 3 minutos, giro a la izquierda y velocidad cuchara.
  2. Añadimos las patatas y el agua, y salamos, y las cocemos durante 10 minutos, temperatura varoma, giro a la izquierda y velocidad cuchara.
  3. Incorporamos el bacalao desmenuzándolo con la mano, y programamos 1 minuto a la misma temperatura y velocidad. Revisamos el punto de sal. Si a la patata le falta un poco de cocción, no te preocupes; terminará de hacerse en el horno. 
  4. Verter la mezcla en un colador y dejar reposar hasta que montemos la receta para que el bacalao desprenda sus jugos.
  5. Quitamos la mariposa para hacer la bechamel y vertemos todos los ingredientes para hacerla, excepto la nata; programamos 5 minutos, 100º, velocidad 3. Cuando termine el tiempo, vertemos la nata y programamos 1 minuto y 30 segundos más a la misma temperatura y velocidad. Revisamos su punto de sal.
  6. Repartimos el bacalao y las patatas en una fuente de horno y napamos con la bechamel extendiéndola bien con una espátula. Espolvoreamos con pan rallado, las bolitas de mantequilla y adornamos con unas aceitunas negras por donde más nos guste.
  7. Gratinamos a 180º hasta que la superficie esté dorada.

Modo tradicional
  1. En una cazuela ponemos el aceite a calentar y pochamos la cebolla a fuego medio durante unos cuatro minutos.
  2. Añadimos las patatas y el agua, salamos al gusto, y dejamos cocer durante unos diez minutos hasta que veamos que la patata está casi hecha, pero no por completo.
  3. Incorporamos el bacalao desmenuzándolo con la mano y removemos la mezcla suavemente. Revisamos el punto de sal. Si a la patata le falta un poco de cocción, no te preocupes; terminará de hacerse en el horno. 
  4. Verter la mezcla en un colador y dejar reposar hasta que montemos la receta para que el bacalao desprenda sus jugos.
  5. Preparamos la bechamel. En un cazo pequeño ponemos a calentar la mantequilla y el aceite. Cuando haya cogido temperatura, añadimos la harina y removemos para deshacer los posibles grumos. Incorporamos la leche, la media pastilla de caldo de pescado o la sal, la pimienta, la nuez moscada y la sal, y removemos a fuego medio-bajo para hacer la bechamel. Revisamos su punto de sal.
  6. Repartimos el bacalao y las patatas en una fuente de horno y napamos con la bechamel extendiéndola bien con una espátula. Espolvoreamos con pan rallado, las bolitas de mantequilla y adornamos con unas aceitunas negras por donde más nos guste.
  7. Gratinamos a 180º hasta que la superficie esté dorada.

Fuente: Libro "Thermomix 31. Imprescindible para su cocina", con modificaciones en cuanto a cantidades y tiempo.



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